“Hay un asalto a la verdad y un aumento de la polarización”
Michael Kennedy. Profesor de Asuntos Públicos. Univ. de Brown
Para Michael Kennedy, profesor de Asuntos Públicos, Sociología y Relaciones Internacionales de la Universidad de Brown, los primeros seis meses de la presidencia de Donald Trump representan “un gran paso atrás” para el país porque su noción de “EE.UU. primero” tiene “un acento autoritario que recuerda a Vladimir Putin o al turco Recep Tayyiip Erdogan”, señala. Kennedy afirma a Clarín que “no esperaba que la presidencia de Trump fuera una genialidad, pero tampoco que fuera tan cruda”. -¿Cuáles fueron los principales problemas o errores? --En primer lugar, su asalto al estado de derecho. Ya sea por su despreocupación por la obligación de no lucrar o recibir beneficios personales con la presidencia, o en su intento de frustrar la investigación de sus lazos con Rusia. Trump trata a la ley con desprecio y como un instrumento para extender su propio poder. Otro aspecto es su asalto a la veracidad. Trump y sus seguidores transforman asuntos de hecho en asuntos de opinión o cuestiones de lealtad. Además, amplió la polarización política y a los que piensan distinto los ve como enemigos a vencer. También demostró una falta de respeto por el medio ambiente y la ciencia. Respecto del mundo, reveló su profundo desconocimiento de las relaciones exteriores y desmanteló nuestro staff diplomático profesional. Trump está socavando el imperio de la ley, relativizando la cultura de veracidad con políticas que ponen en peligro las convenciones democráticas en EE.UU. - ¿Y cuáles han sido sus aciertos? -Paradójicamente, su incompetencia política es uno de los aspectos más positivos. Si él fuera un político mejor, su proyecto de ley sanitaria podría haberse convertido en ley, expulsando a millones de estadounidenses de sus seguros de salud. Si fuera un mejor estratega, no tendríamos la investigación del fiscal especial Robert Mueller sobre el ataque de Rusia en nuestras elecciones. Pero estos en realidad no son halagos. -¿No rescata nada? -Algo positivo es haber visibilizado y exhibido la enorme división de clases que hoy existe dentro de los EE.UU.. Un país inclusivo necesita reconocer y comprometerse con quienes la globalización neoliberal ha de- jado atrás. Trump supo verlo. -¿Cree que ha ofrecido a ese sector alguna respuesta? --Trump prometió legislar para aquellas clases trabajadoras olvidadas pero el problema no es solo los malos acuerdos comerciales, como él dijo. También existe la automatización de muchos de los trabajos y él no detectó este problema. Debemos centrar nuestras políticas económicas en el trabajo, pero esto debe hacerse en sintonía con otras necesidades, especial- mente en torno al cambio climático. Su celebración de la producción de carbón y la construcción de oleoductos poco tiene que ver con la creación de mano de obra sino con posicionar a las empresas de energía de carbono por encima de las preocupaciones ambientales. Trump tiene razón al elevar el trabajo estadounidense al centro de nuestras políticas, pero debido a lo deshonesto de sus argumentos, porque son falsos, va a socavar aún más el empleo.