Clarín

Detienen a un violador que secuestrab­a chicas en Capital y las llevaba a Provincia

Hay tres casos probados pero creen que podrían ser más de 10. Tiene 61 años y pasó 15 preso por abuso.

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Estuvo preso 15 años por abuso sexual. Cumplió su pena en enero último, con un “10” en conducta. Se mudó a Ituzaingó, listo para una nueva vida. Pero lo que empezó entonces fue más de lo mismo. En febrero comenzó a merodear la zona de Villa Devoto. En especial, las paradas de

colectivos. Y más precisamen­te, aquellas en las cuales había chicas solas. Así capturaba a sus víctimas: las amenazaba con una pistola y las obligaba a subir al auto. Algunas lograron escapar, pero hay al menos tres que no pudieron hacerlo. Una vez que lograba subirlas al auto, les cubría la cara con unas antiparras con los cristales pintados de negro, las llevaba a su casa y las violaba. Luego, insólitame­nte, las llevaba de regreso hasta Devoto.

Ayer fue detenido en la misma casa donde cometía los abusos, en Ayolas 2800 -partido de Ituzaingó-, y mañana se enfrentará cara a cara con sus víctimas: estarán las que fueron abusadas y también algunas que pudieron escapar pero que igual podrían reconocerl­o. Según fuentes policiales, podrían ser más de 10 los casos.

El detenido es un hombre de 61 años, con una condena cumplida por abuso. En abril, mayo y junio, tres mujeres hicieron denuncias similares en la comisaría 45° de Villa Devoto y a partir de allí se inició la investigac­ión. Una de las víctimas -una joven de 23 años- pudo aportar con mayor precisión algunos datos del agre

sor. Contó que fue violada y luego obligada a practicarl­e sexo oral y tam-

bién a ponerse ropa interior provista por el agresor. Después de los abusos, que duraron casi cuatro horas, la joven fue llevada de nuevo a la ciudad de Buenos Aires y liberada.

Además de la zona en donde fue capturada, el dato de las antiparras

para no ver el recorrido resulta clave en la investigac­ión. “Según lo que dijeron las chicas, es una especie de anteojera con los vidrios pintados de negro, como si fuera una máscara de soldador”. Desde Villa Devoto hasta Ituzaingó hay más de 20 kilómetros, en donde las víctimas perdían totalmente la referencia de dónde habían sido llevadas. Algunas lograron reconstrui­r la secuencia y dijeron que llegaban a una casa con “piedritas” en la entrada. Según la intervenci­ón policial, la casa del abusador sería compatible con esos testimonio­s.

Una vez que entraban a la casa, que era alquilada, las llevaba a una pieza de tres metros por tres metros, en donde sucedían los abusos.

La detención fue llevada a cabo por agentes de la División Delitos Contra la Salud de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires, a cargo del comisario Ricardo García Iriarte, a las 2 de la madrugada de ayer. Al agresor lo venían siguiendo a través de las cámaras de seguridad de la zona donde levantaba a sus víctimas.

Según la causa que lleva adelante el Juzgado Criminal y Correccion­al 31, a cargo de Marcelo Conlazo Zavalía, todos los hechos ocurrieron a partir de febrero de este año. La última denuncia se hizo hace 20 días.

Después de recuperar la libertad en enero, el imputado abrió una cuenta en la red social Facebook en la que la mayoría de sus contactos eran chicas jóvenes, aunque todavía no está claro si también utilizaba esa vía para buscar a otras víctimas.

“El acusado puso a la venta un auto de color rojo después de un intento de secuestro que se frustró porque la víctima escapó corriendo y a los gritos. Creemos que después de eso vendió el auto, pero no cambió su modo de actuar”, contó a Clarín una fuente de la investigac­ión.

Según fuentes policiales, el detenido trabajó y estudió en prisión, tenía 10 en conducta y no contaba con sanciones disciplina­rias. Desde 2010, además, era parte del Programa de Tratamient­o para Internos Condenados por Delitos de Agresión Sexual, donde supuestame­nte había “evoluciona­do” y tomado conciencia de su accionar.

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