Tarjeta roja Centurión afuera de Boca
Lo decidió el club tras el incidente en una disco.
Desde Paraguay, la voz de Guillermo Barros Schelotto ya no tenía la misma fuerza que hace algunos días. “Hacé lo que te parezca”, le dijo -palabras más, palabras menos- el Mellizo a Daniel Angelici, anteayer por la noche. Y el presidente, desde Buenos Aires, tomó la resolución: le bajó el pulgar a Ricardo Centurión. Ya no hay vuelta atrás: Boca se cansó de las actitudes del delantero, que en la madrugada del domingo se vio envuelto una vez más en una polémica tras quedar en medio de una pelea a la salida de un boliche en Lanús. Y ahora, tras la decisión del club de no comprar su pase, Ricardo -fiel a su estiloexplotó en las redes sociales y, junto a su representate, apuntaron contra el entrenador y el presidente.
No era un secreto: Angelici nunca
estuvo convencido de hacer una inversión de seis millones de dólares por un futbolista a quien considera
una apuesta riesgosa. En todo este tiempo, el que más hizo fuerza para que Centurión volviera a vestir la camiseta 10 azul y oro fue Guillermo, que consideraba a Ricky un jugador distinto. Pero tras el episodio del fin de semana, la paciencia del Mellizo también se agotó. “Si vuelve a pasar de nuevo, ya no insisto”, le dijo el en- trenador de Boca al presidente la semana pasada, cuando todavía intentaba convencerlo para que compre su pase y así evitar que fiche por el Genoa. Por eso la bronca del DT, que encontró del lado del futbolista las mismas actitudes de siempre. Se lo había adelantado a Clarín hace un mes, tras el título: “Centurión ya estuvo un año acá y se tiene que dar cuenta solo. No podemos volver a tocar un tema de lo que suceda puertas afuera del club y se lo dejé en claro. No es fácil que la gente de Boca te reconozca. Está en él sostener ese afecto o equivocarse de nuevo y tener que volver a Brasil”, había asegurado el técnico.
Ayer por la mañana, ya decidido a dar marcha atrás con la transferencia, Angelici llamó a Alejandro Mazzoni, el representante del delantero. Y le comunicó su voluntad. “Los dirigentes de Boca nunca lo quisieron y encontraron el momento justo para presionar a Guillermo, que no se bancó la presión”, dijo Mazzoni en
TyC Sports. Y agregó que “ayer (por el lunes) Guillermo directamente no le contestó el teléfono a Ricardo”. Y siguió: “¿Cómo es la cosa? ¿24 horas antes pagabas seis millones de dólares y por haber ido a un boliche lo dejás sin contrato acá (en Boca) y sin contrato allá (Genoa)? Es una locura. Guillermo es un exjugador, no puede llamar a un jugador de su riñón para pedirle que no firmara y después dejarlo afuera”. Al mismo tiempo, el propio Centurión explotó en Instagram. Acompañando una foto de una hoja que decía “no escuches críticas constructivas de quien no ha construido nada”, el delantero escribió: “Lamentablemente estamos en un país en el que cuando uno se equivoca en vez de ayudarlo le sueltan la mano. Qué lástima, Boca, que te hagan esto teniendo una dirigencia y un presidente tan poco serio. Dejé todo y me vine para firmar con Boca. Nunca me quisiste, me dediqué al máximo y me entrené como pocos se entrenan. Y sí, también me hago cargo, tuve mis problemas pero para qué lo voy a decir si ya lo saben. ¿O alguno de ustedes nunca se equivocó?”, se descargó, apuntándoles a Angelici y Guillermo.
Esto cayó muy mal en el cuerpo técnico de Boca: “Todo tiene un límite y acá el límite es Boca. El club está por encima de todos”, le comentaron a Clarín. Fue tal el revuelo que hasta hubo llamados desde la Casa Rosada a las oficinas de la Bombonera para interiorizarse de la situación.
¿Qué pasará ahora? Para Guillermo y Angelici, es tiempo de pensar en opciones. Caído Centurión, el Me
llizo sueña con Lautaro Acosta (Lanús), aunque sabe que es casi imposible. ¿Alternativas? Walter Montoya (Sevilla) o Jesús Medina (el joven volante de Libertad). Eso sí: no quiere saber nada con una posible venta de Cristian Pavón.
Para Centurión las incógnitas se multiplican. Lanús se interesó en su situación y evalúa incorporarlo a préstamo por seis meses para la Copa Libertadores, aunque San Pablo sólo quiere venderlo. También apareció Fenerbahçe, de Turquía.
Hay una cosa segura: las puertas de la Bombonera se le cerraron.