Doble estándar frente a Maduro
Maduro fue electo por el voto popular pero la Asamblea que domina la oposición, también.
Las realidades políticas internas, el equilibrio de fuerzas, son factores que influyen en las posiciones internacionales de los países. Veamos por ejemplo la reticencia de Uruguay de acompañar posiciones más duras sobre el gobierno de Maduro en la última Cumbre del Mercosur. Tabaré Vázquez, el mandatario uruguayo, no estaba dispuesto a avanzar en más sanciones a Venezuela, atendiendo a una fracción del Frente Amplio de su país que sigue sosteniendo al presidente venezolano. Ese sector se identifica con el ex presidente Mujica, y representarían el ala más izquierdista de esa coalición oriental. Con Bolivia la cuestión fue otra y bien definida. Evo Morales tiene un sólido vínculo con el régi- men bolivariano y centró su argumentación para oponerse a las sanciones en que Maduro fue electo por el voto popular, algo que no está en discusión. Lo que sí está en discusión es el doble es
tándar de ese argumento. Esto es que los legisladores de la Asamblea Nacional de Venezuela son, también, producto de una elección general. Es decir que lo que vale para uno, vale para otros en el sistema democrático. Las decisiones de los legisladores venezolanos son ignoradas por Maduro y sus partidarios asaltaron la sede de la Asamblea.
Venezuela está suspendida en el Mercosur y su “expulsión” tendría solo efecto político y de presión sobre el gobierno bolivariano. Forma parte del creciente aislamiento internacional de Maduro.
La crisis venezolana está haciendo evidente nuevamente la inutilidad práctica de los organismos plurinacionales como la OEA para hacer entrar en razones al chavismo. Dentro de esto, esto otro: que pese a los esfuerzos del secretario general, el uruguayo Luis Almagro, un hombre formado en la izquierda, la organización mostró sus límites. Almagro acentúa su militancia contra Maduro y también puede interpretarse esta conducta en las fracciones internas del Frente Amplio de donde proviene el actual titular de la OEA.
Almagro contrató a Luis Moreno Ocampo para investigar presuntos delitos de lesa hu- manidad del gobierno venezolano.
Moreno Ocampo ha sido fiscal adjunto de Strassera en el juicio a las Juntas Militares durante el gobierno de Raúl Alfonsín. Y fue primer fiscal en la Corte Internacional de Justicia. Una decisión que incrementa la escalada contra el chavismo.
En este marco, el anuncio del gobierno americano de aplicar sanciones económicas a Venezuela puede producir otras consecuencias, además de las políticas. Es que si Washington suspende la compra de petróleo, el impacto de la medida hará todavía más profunda la ya la honda crisis que atraviesa el pueblo venezolano. Se trataría de un golpe fortísimo para el régimen pero le daría otro
argumento a la épica antiimperialista con la que tratan de disfrazar el cada vez más cerrado autoritarismo y la feroz represión.
El más del centenar de muertos entre los opositores no ha despertado aquí, en los sectores vigilantes de los derechos humanos, acciones de repudio. La represión en la Argentina, durante la crisis del 2001, había provocado una veintena de muertos y sus responsables fueron finalmente juzgados. Sin embargo, otra es la vara que tienen para medir lo que ocurre en Venezuela y ese doble estándar es tan evidente, como lo son los silencios ensordecedores de quienes disfrutaron de la condición de socios económicos del chavismo y ahora justifican la represión de Maduro.