Debería ser una verdadera puesta en valor
Un dato característico de los centros urbanos es la disputa por el espacio público entre las diferentes formas de movilidad. Carriles para colectivos, motos, bicisendas, peatonales y otros medios inimaginables, reivindican para sí espacios exclusivos.
Hasta ahora la operación más inteligente fue ensanchar las veredas. Sin embargo este espacio, que no fue intervenido con la calidad de diseño requerida, fue rápidamente ocupado por quioscos, estatuas de plástico y vendedores ambulantes, perdiendo toda eficacia como un paseo urbano.
La anulación total de alguna calle en determinados horarios también ha sido una experiencia interesante en el caso de Times Square (Nueva York) considerando que, al eliminar el flujo, el espacio se aquieta y queda convertido en una plaza. Sin embargo, no parece ser la de avenida Co- rrientes una de las intervenciones proyectadas por Jan Gehl. En el caso de analizarse esta posibilidad, se debe calcular que las calles vecinas han de absorber el tránsito emergente, debiendo renunciar a la posibilidad de ensanchar sus propias veredas, actualmente muy angostas.
También cabría preguntarse si Corrientes no podría volver a tener dos sentidos, considerando que las experiencias de Santa Fe y de Pueyrredón han resultado exitosas.
En los hechos, el sábado pasado Co- rrientes tenía un tránsito imposible, con autos parados en doble fila, micros de turismo mal estacionados y policías desbordados.
Cabría agregar que no sólo se trata de un problema de tránsito. También importa la calidad del espacio. Corrientes tiene una personalidad muy fuerte, con edificios valiosos que deberían ser puestos en valor. Las marquesinas y las luces de los teatros le asignan una magia especial, que muy fácilmente cae en la desmesura. Preferiría que la calle reciba un trata- miento más respetuoso de sus contenidos (teatros, librerías, bares) y las intervenciones impliquen una verdadera puesta en valor.
La perspectiva que se muestra para fundamentar el proyecto, propone un cantero (con lenguaje de autopista) en el eje de la calle, carteles, bolardos y flechas viales que difícilmente hablen de un espacio cuidado. Una vez más este ambiente lleno de estridencias, nos da la sensación de que el espacio público nos está hablando del comportamiento del mercado.