Clarín

Angelici dijo que Centurión lo cansó y que no tiene apuro por reemplazar­lo

“Lo último que pasó me terminó de convencer de dar marcha atrás”, dijo. “Ojalá le sirva para ordenar su carrera”.

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Una carta en Instagram, sin comas ni puntos seguidos, escupida por la

frustració­n que le generó esa decisión que tomó Boca, la de cerrarle las puertas de la Bombonera. Palabras fuertes de su representa­nte, molesto por el pase que no se hizo y el manoseo que, según su punto de vista, sufrió el jugador. Sólo se habían expresado Ricardo Centurión y Junior Mazzoni. Hasta ayer no se habían pronunciad­o Daniel Angelici ni Guillermo Barros Schelotto. El presidente rompió el silencio en Minga Guazú, donde el campeón del fútbol argentino está realizando la pretempora­da. Admitió lo que todos suponían, que el incidente que el jugador protagoniz­ó el domingo en un boliche de Lanús fue la gota que colmó el vaso

de la paciencia del dirigente. Y confirmó que no tiene “apuro” por contratar un reemplazan­te para Ricky, cuyo futuro estaría en Genoa.

“Nosotros íbamos a hacer un esfuerzo muy grande. Pero el dinero es de Boca, de sus socios y uno tiene una responsabi­lidad. Y lo del sábado (sic) me terminó de convencer de dar marcha atrás. Nosotros no podemos salir en los medios por estas situacione­s”, sostuvo Angelici, de tono monocorde pero voz firme. Parece difícil reprochar su determinac­ión. Tenía que invertir 7,5 millones de dólares y un contrato de tres años por un jugador desequilib­rante dentro de la cancha, pero desequilib­rado fuera de ella. Basta remitirse a sus recurrente­s episodios de inconducta. Si nunca estuvo seguro de comprar su pase, queda saber por qué no le bajó la persiana antes, cuando el futbolista estaba en Italia, a punto de firmar su contrato con el club genovés.

“Sabíamos los antecedent­es que tenía, pero uno a veces cree que lo puede superar y quería seguir apostando por el jugador. Pero no nos parecía justo pagar semejante cantidad de dinero. No es la primera vez que estaba en un boliche a las 7 de la mañana”, explicó Angelici.

El titular azul y oro, vestido con la campera de jogging del plantel, advirtió que no iba a contestarl­es a Centurión ni a su agente. Pero dejó un par de frases picantes sobre ambos. Consultado sobre el rótulo de “poco se

rio” que utilizó el futbolista para descalific­arlo en las redes sociales, el vicepresid­ente de la AFA disparó: “Sé qué clase de dirigente soy, las horas y la dedicación que tengo por el club. Y el socio me devolvió la confianza en las elecciones. Entiendo su calentura. Y ojalá que esto le sirva para ordenar su carrera porque es un jugador joven y el ambiente de Buenos Aires no lo ayuda. En Boca se le iba a hacer difícil revertir esta situación”.

¿Quién reemplazar­á a Centurión? “No tenemos apuro por contratar a

otro jugador en su puesto”, dijo Angelici. Hoy, Guillermo Barros Schelotto cuenta con Cristian Pavón, que puede jugar por cualquiera de los dos extremos, aunque probableme­nte sea vendido. Cristian Espinoza es diestro, como Ricky, pero habitualme­nte juega en su perfil natural, no por izquierda como lo hacía el propio Centurión. Edwin Cardona es enganche o media punta. Puede ser un falso extremo. ¿Y Jesús Medina, el paraguayo de Libertad? Recién podría llegar en 2018. ¿Cambiará de esquema el Mellizo? Probó 4-2-3-1, más allá de que su dibujo favorito es el 4-3-3 que ya no contará con ese jugador tan díscolo como punzante.

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