Racing lo dio vuelta con los pibes y avanza en la Sudamericana
A los 24 minutos perdía 2-0, un resultado que lo dejaba afuera. Lo dio vuelta con goles del Pulpo González, Cuadra y Mansilla. Y con Zaracho como figura. Corinthians, el próximo rival.
El juvenil Cuadra grita su gol, el segundo, anoche en Medellín. Perdía 2 a 0 ante el DIM a los 24 minutos y quedaba eliminado. El gol del Pulpo González inició la reacción, empató Cuadra, de penal, y lo definió Mansilla: 3 a 2. Zaracho, la figura. La Academia jugará en octavos contra Corinthians.
Vale el triunfo, claro que vale. Nada menos que con una victoria de visitante y ante un rival que llegó deshecho como el DIM pero que en un pasaje grande del partido soñó con remontar la serie. A este Racing con muchas caras nuevas y con el lastre de la pretemporada le costó acomodarse pero lo sacó adelante. Y se instaló en los octavos de final de la Copa Sudamericana donde lo espera Co- rinthians. Más allá de la victoria la enseñanza que esta revancha le dejó al conjunto de Diego Cocca es que le falta trabajo, rodaje y una cuota mayor de fútbol. Esta vez tuvo algo de fortuna y el aporte de las individualidades, esta vez con el pibe Matías Zaracho en el escalón más alto.
La noche terminó con felicidad para esos 300 hinchas llegados de Ar- gentina que se ubicaron en la tribuna Sur del Atanasio Girardot, que en un momento temieron por la suerte de su equipo y que disfrutaron especialmente por los colores y el nombre del rival. Se fueron orgullosos pero... La pasó mal en los primeros 45 minutos, Racing. Por el gol tempranero del DIM y porque lució como el equipo en construcción que es. Dejando muchos espacios entre las líneas. Obligado a cambiar el libreto que era esperar que pasar el tiempo, muy rápido. No tuvo la pelota y con orden y con una buena circulación tenmiendo como eje al expermientado Mao Molina (37 años y un paso fugaz por San Lorenzo entre 2005 y 2006) complicó mucho el conjunto que orienta Peláez.
Buscó el primer gol con decisión el local. Encontró enfrente una defensa permeable pese a los 5 integrantes. Hubo un rato en el que no pasó nada, hasta que nuevamente el Medellín aceleró y llegó al 2 a 0, con un gol de papi-fútbol en una buena maniobra colectiva de los colombianos. Y hasta pudo ampliar la diferencia. La cuota de fortuna que siempre debe estar en un partido acompañó a los de Cocca y sobre el final, Zaracho tiró un centro perfecto y el Pulpo González facturó de cabeza para el 2 a1. Cómo habrá sido de floja esa primera mitad que Li
cha López y Brian Mansilla empezaron con ejercicios de precalentamiento detrás del arco de Musso cuando todavía faltaba mucho para que terminara. Antes Racing había abusado demasiado de los pelotazos para el solitario Maxi Cuadra y su primera aproximación al arquero David González se había producido pasada la media hora de juego.
Un grave error de Vittor casi propicia el 3 a 1 para el DIM. Falló Didier Moreno y esa fue la jugada que despertó a Racing. Se animó a ir al frente sabiendo que un segundo gol de visitante liquidaba este cruce mano a mano. Llegó el penal por mano de Saiz y todo se acabó para el DIM. Este equipo que debió rearmarse de apuro sintió el mazazo y nunca más se levantó. Se descontroló, perdió a tres jugadores por expulsión y sus hinchas, cuando faltaban 20 minutos para el epílogo, empezaron a dejar las tribunas porque sabían que el milagro era imposible.
Con Musso otra vez ratificado en el arco. Con tres debuts y un regreso (el de Noir), con el protagonismo de los pibes (Zaracho, Cuadra, Mansilla, aunque en distinto nivel), Racing pasó de ronda. Lo dijo Cocca: “Los pibes juegan porque se han ido ganando un lugar, para nosotros son muy importantes”.
Ahora llegará el tiempo de analizar si con esto que tiene le alcanza. Es efectivo, pero la línea de 5 en defensa abrió muchos interrogantes, sobre todo en el primer tiempo.
Pasó de ronda. Dio otro paso rumbo a un sueño postergado de lograr un título internacional. Parecía una pesadilla en esos primeros 24 minutos, con el 0-2, pero Racing reaccionó a tiempo. Queda mucho por recorrer. Y aún mucho más por mejorar.