Germán Lux: “El del arquero es siempre un puesto ingrato”
A los 35 años, dice estar en condiciones de ser titular. “Ya cumplí con el sueño de volver, ahora quiero jugar”, advierte.
Una llamada y una consulta familiar fueron los pasos previos para que el retorno de concrete. No demoró mucho en decidirlo pero por una cuestión de vida necesitaba hablarlo con su mujer, Natalia, y sus dos hijos Tomás (7) y Francisco (4) antes de dar el sí ya que llevaba una década en España. El que llamó a Germán Lux fue nada más y nada menos que Marcelo Gallardo, compañero en sus comienzos como arquero de River. Y ahí mismo a Poroto lo invadió una sensación de felicidad. Iba a concretar el sueño de volver a jugar en el club que lo crió y del cual se tuvo que marchar, hace 11 años, por una pelea con Daniel Passarella. “Soy feliz y creo que se me nota. Estoy en el lugar en el que quería estar. River me genera un sentimiento”, expresó Poroto en la charla con
Clarín en el lobby del Omni Resort de Orlando. Y deja en claro lo que está viviendo: “Ya cumplí con el sueño de volver a River, ahora quiero jugar”. -¿Y sentís que vas a ser titular? -No tengo idea quién atajará contra Guaraní. Esa es una responsabilidad y decisión de Marcelo (Gallardo). Nosotros debemos estar abocados a nuestro trabajo y a competir. Eso es lo que van a encontrar desde mi parte, pelearé el puesto sanamente. -¿No creés tu experiencia inclinará la balanza en la decisión del DT? -No creo que por mi experiencia se incline la balanza. Sí es cierto que tengo experiencia y una edad en la que he transitado muchos años de profesión pero aún así sigo aprendiendo y hay que seguir trabajando. Lo importante es el presente. He estado en el fútbol europeo me hizo crecer, me hizo conocer una de las mejores ligas del mundo (la española), me hizo jugar con grandísimos jugadores pero estuve en clubes que no competían por ganar cosas importantes, sino por mantener la categoría. Y volver a River ahora es cambiar el chip. Acá se compite y hay mucha exigencia. Jugás siempre para ganar. Ojalá pueda adaptarme rápido al fútbol argentino, y poder rendir y estar bien preparado para responderle al entrenador cuando me toque atajar.
Algunas canas no le dejan mentir la edad (tiene 35 años) pero la cara de felicidad lo rejuvenece al hombre nacido en Carcarañá (Santa Fe). Lux se siente un privilegiado por estar en Ri- ver y en esta pretemporada en Orlando. Camina con tranquilidad por las instalaciones de este lujoso hotel en el que se encuentra el plantel y con la experiencia de quienes pueden ver más allá de lo que los ojos observan. Y también con cierta voz de mando, algo que exhibió en el amistoso contra Orlando City. Es, al fin y al cabo una de las misiones de su puesto.
“Lo de la voz de mando va en cada uno. Por ahí se me escucha más por ser arquero y hay que estar en todos los detalles porque el arquero es el primero que ve todo de frente con respecto a sus compañeros y hablar siempre es importante. No sólo para el arquero sino para que haya una comunicación línea por línea y que el equipo pueda ordenarse dentro del campo. El arquero es el que lee mejor y ve todo, entonces tiene que hablar”, reflexionó Poroto. También es consciente de que el arquero transita en la cornisa del cielo y el infierno. Por eso afirmó: “El del arquero es siempre un puesto ingrato”. -¿Algo de eso le pasó a Batalla? -Es que este puesto es así. Lo importante es estar bien para competir y Augusto está en condiciones. Tanto él como yo y Beto Bologna nos estamos entrenando muy fuerte, los tres buscamos lo mejor porque queremos atajar. Es una competencia sana. -Dijiste que debés que cambiar el chip porque venís de atajar en un equipo (La Coruña) al que lo atacan mucho más que a River, pero en Ri- ver tenés la presión de estar en un grande. ¿Qué genera más desgaste? -Todo tiene un desgaste. Jugar en River genera siempre responsabilidad, después hay que asumirla e intentar achicar siempre el margen de error, tener los errores menos posibles. -A un arquero que se destaca en River se le puede abrir la posibilidad de ir a la Selección. ¿Si te va bien en River podés tener chances? -La Selección es otro sueño. Sé que atajando bien en River puede aparecer esa posibilidad pero mi cabeza hoy en día está enfocada en River y en poder llegar físicamente lo mejor posible al partido con Guaraní. -Si te toca atajar, ¿cómo imaginás esa salida al Monumental después de tanto tiempo? -Va a ser especial y lindo volver a salir al Monumental como arquero de River. Me siento un privilegiado por estar en este club pero no me imagino ese día. Yo me imaginaba con regresar a entrenar en River y el primer día que que entrené de nuevo con River fue una satisfacción. Este club me dio todo, me formó, me dio la posibilidad de ir a jugar a Europa y volver y poder estar donde quiero me hace feliz no sólo a mi sino también a mi familia. ¿Soñás con ganar la Libertadores? -Sí, claro. Ganar esta Copa puede venirme bien para sacarme la espina de la de 2004 cuando perdimos la semifinal con Boca. Fue feo, teníamos un equipo que estaba muy bien. Pero el fútbol siempre te da revancha.