La política se coló en los Premios Platino

El sábado, en la Caja Mágica de Madrid, se entregaron los Premios Platino al cine Iberoamericano. Estos galardones itinerantes son relativamente nuevos, van apenas cuatro ediciones, y de la primera en Panamá (luego pasaron por Marbella y Punta del Este) a esta madrileña, la premiación fue creciendo en el número de películas presentadas, prestigio y cantidad de figuras concurrentes. Para esta edición 2017 hasta se agregó una categoría de Televisión, la de mejor miniserie.

Sin ocultarlo, las autoridades de los premios hablaron desde el comienzo en 2014 de un par de objetivos. Por un lado, la puesta en valor - económico y artístico- de la cinematografía iberoamericana (también entran producciones de Portugal y Brasil), teniendo en cuenta los 800 millones de latinos que habitan este planeta. Por el otro, la instalación de un “star system” de estrellas latinas, que no debería tener nada que envidiarle al de Hollywood. Hay industria, hay figuras y hay público específico, ¿por qué no animarse?

Y así como por lo bajo se habla aspiracionalmente de estos premios como los “Oscar latinos”, hubo en Madrid cantidad suficiente de estrellas consagradas internacionalmente (ya sea en castellano o inglés, como así con inserción en otros mercados como el ruso y demás países de Europa del Este). Estrellas entre las que se contaban el director Pedro Almodóvar, los actores Sonia Braga, Edward James Olmos, John Leguizamo, Kate del Castillo y Natalia Oreiro.

También como suele suceder en los Oscar, que una temática se adueña de la entrega (los discursos anti Trump en alguna, las pocas nominaciones a los negros en otra), estos Premios Platino tuvieron a la política como eje en los discursos.

Empezando por quien fue elegido como premio de honor, el citado Olmos. Nacido en los Estados Unidos, de padres mexicanos, quien fuera el teniente Castillo en División Miami (y nominado a un Oscar como mejor actor por la película Stand and Deliver) es un ferviente defensor de los derechos de los hispanos en aquel país. Desde hace 20 años organiza el Festival de Cine Latino de Los Angeles. Al momento de ponerse frente al micrófono para agradecer su ga- lardón, Olmos mensuró la categoría del premio valorando no sólo la amplitud del mercado latino a nivel mundial con su implicancia económica, sino la posibilidad de hacer películas con un contenido que revele al mundo cuestiones sociales y culturales de su comunidad.

En el caso de los participantes venezolanos -como los actores Malena González y Miguel Ferrari-, optaron por pasar por la alfombra roja y posar ante los fotógrafos con la bandera de Venezuela, pero puesta al revés, con el escudo para abajo. Era su manera de protestar por el gobierno de Nicolás Maduro. Lo mismo hizo la actriz caraqueña Pakriti Maduro (sí, paradójicamente ese es su apellido), quien antes de entregar el premio a la mejor fotografía volvió a desplegar la bandera invertida y gritó en el escenario: “Queremos a Venezuela libre, nos urge Venezuela libre”. Cabe acotar que tanto en el caso de Edward James Olmos como en el de Pakriti sólo hubo aplausos por parte de los cuatro mil asistentes a la gala, algo que estando allí pude comprobar.

Pero la mayor ovación de la noche se la llevó Pedro Almodóvar, cuando subió a recibir el premio como mejor director por su filme Julieta. Con soltura y jugando de local, el ganador de un Oscar por Todo sobre mi madre le dedicó su estatuilla a los “desaparecidos” (así los nombró) de España, aquellos muertos de la Guerra Civil que ocurrió entre 1936 y 1939, y que aún hoy yacen en fosas comunes. Almodóvar fue más lejos: criticó a los que dicen que al reabrir las fosas para analizar restos de ADN lo que se está haciendo es volver a abrir las heridas de la guerra. “Todo lo contrario –remarcó-, conocer la identidad de los muertos es poder cerrar las heridas de una vez por todas”.

La gala de los Premios Platino suele incluir una alta dosis de glamour. Esta vez incluyó fuerte el reclamo político. Y estuvo muy bien que así fuera.

Edward James Olmos habló de los derechos de los latinos y los venezolanos mostraron su bandera invertida.