“Utilizaron al dictador Stalin para salvar al macrismo de su fracaso”
Clarín, en la página 2 de su edición del martes 25 de julio, da a conocer una primicia: Joseph Stalin ha sido un cruzado de la lucha contra la corrupción. La pretensión del autor de la nota, Alberto Amato, esgrime al dictador georgiano, nada menos, como un contraste ejemplar contra la posición del Partido Obrero acerca del desafuero o destitución parlamentaria de De Vido.
Este descontrol conceptual demuestra los extremos que ha alcanzado la campaña para salvar al macrismo de su fracaso político. El régimen de despotismo burocrático instaurado por Stalin ha sido corrupto por definición: el gobierno de una capa social de privilegiados, con sus limusinas y dachas, protegidos por el aparato de represión, contra los derechos del conjunto de la población. Stalin no habría tenido inconveniente en contar a De Vido en su gabinete.
El Partido Obrero defendió el derecho constitucional vigente, contra un desafuero que no cuenta con pedido o condena judicial, y denunciando la responsabilidad del Poder Judicial y sus cómplices gubernamentales con la impunidad que goza el ex ministro desde hace un cuarto de siglo. Ha denunciado a De Vido, en tiempo real, por las tragedias ferroviarias del país, y en particular de la de Once y del asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra. Lo ha venido haciendo desde su gestión en Santa Cruz y el caso Skanska.
La cohorte de la derecha argentina ha decidido conculcar las disposiciones constitucionales parlamentarias, no para mandar a la cárcel a de De Vido, sino para evitar el sometimiento a juicio político a la Justicia responsable. El año pasado rechazó el desafuero de De Vido, luego de un acuerdo con el FpV, frente a un pedido judicial de allanamiento de su vivienda, cuando nuestros diputados presentaron un proyecto para concederlo. La descomposición de la seudo democracia ha llegado al extremo que solamente la llamada “izquierda dura” defiende los principios democráticos de la Constitución.
La exclusión que se buscó ahora, por “indignidad”, delató una intencionalidad aviesa: los bloques que cobran ‘indignamente’ $ 200 mil pesos por mes y rifan todos los días los dineros públicos, la autonomía nacional y los derechos de los trabajadores, pretendieron obtener un certificado de buena conducta. No hace tanto, el pueblo reclamaba que estos mismos grupos políticos, de la Alianza de De la Rúa y Chacho Álvarez y del pejotismo, se “fueran todos”.
Los encubridores judiciales de De Vido quisieron valerse de un procedimiento que es jurídicamente inocuo y constitucionalmente golpista, para tapar el derrumbe de su política económica, el descontento social creciente y las luchas del mundo del trabajo. Completamente indigno. Jorge Altamira FUNDADOR Y DIRIGENTE DEL PARTIDO OBRERO
N de la R: Señor Altamira, usted esté en todo su derecho de interpretar como le plazca lo que yo afirmo en mi columna. Lo que no debería hacer es adjudicarme a mí su propia interpretación. Mire, yo puedo incluir en mi columna una referencia a aquel sencillo poema infantil que decía “Los zapatitos me aprietan / las medias me dan calor...” y usted puede ver en eso un ataque mío a la industria del calzado.
Pero no me haga cargo de esa interpretación. Alberto Amato.