Ricardo Kirschbaum
Ya ganó Durán Barba, pero ¿ganará Macri?
i es por las encuestas bonaerenses disponibles, Cambiemos no gana las PASO y se verá al menos hasta octubre, donde otro puede ser el cantar, a Cristina Kirchner representando su papel de ganadora. Estas primarias, como es
tán ahora, son inútiles. El papel que cumplen es el de un muestreo real antes de las verdaderas elecciones. El 13 de agosto se verá si los números de las encuestas se corresponden con la realidad.
Las elecciones de medio término no definen el partido de fondo. Salvo el caso de De la Rúa, que desmoronaron un gobierno que ya venía escorado por la agonía de la convertibilidad heredada, el resultado no afectó los proyectos presidenciales. Cristina perdió dos elecciones en la provincia de Buenos Aires- De Narváez le ganó al oficialismo en 2009 y Massa le asestó un golpe decisivo en 2013- pero en ambos casos triunfó a nivel nacional.
¿Qué dicen hoy las encuestas? Que el oficialismo puede triunfar en todo el país, pero que está perdiendo en la Provincia. Se mide las primarias pero las expectativas -basta con mirar lo que pasa con el dólar- van más allá. Por eso hasta se discute cuál es el margen posible que el oficialismo tiene para dar vuelta el resultado en octubre.
Hay que hacer comparaciones históricas pero, a la vez, reconocer que esta es una elección crucial para el
El peronismo se desembaraza de sus dirigentes cuando pierden poder y no son ya el canal eficaz para alcanzarlo
macrismo y, también, para Cristina Kirchner. No es, como erróneamente se pretende minimizar amateurísti-camente, un episodio reducido a un liderazgo en algunas secciones bonaerenses, sino hay que medir el impacto político que puede provocar que Cristina llegue en primer lugar o que sea derrotada.
Lo que ocurrió en la Cámara de Diputados con la fallida expulsión de Julio De Vido es un ejemplo - ver la excelente nota de Ignacio Zuleta en Económico- de la in
fluencia real que aún tiene Cristina y de la que algunos gobernadores creen que tiene. La suma de ambas percepciones paraliza cualquier proyecto alternativo.
El peronismo se desembaraza de sus dirigentes cuando percibe que ya no tienen poder o que no pueden llevarlos al poder. El movimiento ha perdido muchos de sus atributos, pero no el instinto que lo mantiene vivo.
Cristina confía que un resultado favorable en agosto tendrá efecto también en la marcha de sus asuntos judiciales, en los que está claramente complicada. Pero a la vez tiene conciencia de que el alto nivel de rechazo que tiene a nivel nacional es un dato no menor a la hora de pensar una estrategia más pública que la actual. Para el oficialismo, los resultados de agosto son también muy importantes. Aspira, lógicamente, a salir primero en el país y en la Provincia, aunque en Buenos Aires un segundo lugar apretado lo haría soñar en la reversión en octubre.
Otro dato singular es que el tono que tienen las principales campañas electorales demuestran que si hay un ganador es Durán Barba, imponiendo su impronta. Pero una cosa para Cambiemos es que el consultor sea copiado y otra, muy distinta, que lo conduzca a la derrota.