El futuro del dólar, la consulta obligada a funcionarios en el palco
Incertidumbre. El ministro de Hacienda dijo que hay poder de fuego si el Gobierno quisiera bajar el tipo de cambio. Para Bein, la suba es buena para el campo.
Desde el regreso de la democracia nunca se vio tanto fervor en una inauguración de la Rural. Hubo algún momento con Carlos Menem y mientras era presidente de la entidad, Enrique Crotto. Pero el día primaveral pareció contagiarlo todo, hasta el tono de los discursos que provocaron fuerte impacto entre los asistentes que colmaron las tribunas. “Parece
una final del Mundial”, se entusiasmó Alfredo Gusmán, titular de la Asociación de la raza Angus. No solo Mauricio Macri era correspondido con vítores y aplausos. Cada funcionario que la gente alcanzaba a divisar ocasionaba ovaciones y empujones para la selfie de rigor. María Eugenia Vidal, Gabriela Michetti, Rogelio Frigerio, Guillermo Dietrich y Ricardo Buryaile lideraron el aplausómetro. El líder del conflicto del campo en 2008 y ahora senador, Alfredo de Angeli, generaba tumultos a su paso.
Tal vez, el menos reconocido por el público fue el ministro Nicolás Dujovne pero en el instante que logró acomodarse en el palco oficial comenzaron a rodearlo cabañeros con la pregunta obligada: ¿Qué va a pa- sar con el dólar? Cuentan que Dujovne tranquilizó con un dato: “Imagínense que Hacienda tiene US$ 6.000 millones depositados en el Banco Nación, si nos preocupara podríamos plancharlo”. En la misma línea, Juan Curuchet, presidente del Provincia, soltó: “El Central tiene el doble de reservas que hace un año, no hay ninguna posibilidad de desmadre, eso sería incompatible con el esquema actual de las finanzas públicas”. En otra fila del palco oficial, que desbordó de presencias, Jorge Brito hijo, titular de Adeba, los bancos nacionales, afirmaba: “Al tipo de cambio no le tengo miedo, la política monetaria es seria”. Más cauto, el expe- rimentado Norberto Peruzzotti (también de Adeba) deslizaba: “No sé si es temeridad o años, pero esta vez no hay razones para asustarse”. Y
Claudio Cesareo, de los bancos de capital extranjero, remarcaba el crecimiento del crédito que duplica al de los depósitos. Miguel Bein, que respondía esta vez con su sombrero de productor agropecuario, señaló: “Este tipo de cambio es el que necesita el campo y por eso la alegría, que no es la del resto de la economía. Un país no va adelante sólo con la inversión. El consumo es en la Argentina la base de la gobernabilidad”. Javier González Fraga, presidente del Banco Nación, era reconocido por
muchos ruralistas que se le acercaban para la foto. Contó que una de sus preocupaciones es el descalce de los créditos hipotecarios que, al prestarse en pesos, se aleja del valor de las propiedades. “Haremos un anuncio
importante”, dijo sin dar detalles. En una de las primeras filas estaba
Ezequiel Sabor, número dos del Ministerio de Trabajo. Contaba que están por cerrar un acuerdo con el gremio lechero que ayudará a resolver la crisis de SanCor y que, por primera vez, pudieron unir a los sindicatos de la carne para acordar una paritaria del 24%. Daniel Funes de Rioja, a su lado, advertía que hay que cambiar la estructura impositiva y mejorar la productividad. Afirmó que en el Gran Buenos Aires el ausentismo los días lunes oscila entre 10 y 20%.
Fue Miguel Acevedo, presidente de la UIA, quien sostuvo que el mejor síntoma de la economía es que se paró la destrucción de empleo. Y Gus
tavo Weiss (Cámara de la Construcción) aseguraba que por la obra pública se crearon 10.000 nuevos puestos en mayo y que la ocupación en su sector está cerca del máximo. “La economía está creciendo”, ampliaba
Jaime Campos, de la Asociación Empresaria Argentina. Carlos Castellani (Apache) aportaba que hay 50 fábricas de maquinaria agrícola con planes de expansión.
Claro que no todo es felicidad en el campo. En Venezuela estalló el virus de la aftosa, hay problemas en Colombia y puede pasar a Brasil. Precisamente el presidente del Senasa, Jorge
Dillon, reconoció que están viajando técnicos a ayudar a Ecuador y Colombia. Leonardo Sarquis, ministro bonaerense, mencionó los 25 partidos que están con el agua al cuello.
En el palco oficial el clima era festivo, José de Mendiguren, “único opositor presente”, según se ocupaba de remarcar, se sacaba fotos con monseñor Héctor Aguer.
Tras el desfile de los grandes campeones, la celebración siguió en el restaurante de la Rural. Una de las mesas más saludadas fue la de
Eduardo Eurnekian. Es curioso, de las entidades rurales sólo faltó la Federación Agraria, la única que no firmó el Acuerdo para el sector el viernes y que recuerda que en el campo también hay grieta.