Para el juez Moro, a los políticos no les interesa combatir la corrupción
Luego de condenar al ex presidente Lula, sostuvo que en Brasil “la impunidad no es más una regla”.
El juez Sérgio Moro, a cargo de la megacausa conocida como “Lava Jato” en Brasil, lamentó que a los políticos de su país no les interese combatir la corrupción, informó el periódico Folha de São Paulo en una entrevista exclusiva.
“Veo una ausencia de un discurso más vigoroso por parte de las autori- dades políticas brasileñas en relación con el problema de la corrupción”, afirmó Moro, quien también manifestó que las investigaciones ligadas a este caso revelan que “la impunidad de los crímenes de corrupción en Brasil no es más una regla”.
A lo largo de la entrevista, el magistrado defendió su decisión de hacer pública la grabación de una conversación telefónica entre la entonces presidenta, Dilma Rousseff, y su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva, cuyo contenido causó una indignación pública el año pasado. Esto impidió que la destituida mandataria designara como jefe de Gabinete a Lula, quien ya estaba siendo investigado por Moro por corrupción y sobornos.
“Las personas tenían el derecho de saber el contenido de esos diálogos. Por eso fue tomada la decisión de levantar el secreto de sumario”, justificó Moro, a pesar de que ya había reconocido que la publicidad de esa grabación había sido fuera del plazo determinado por la Justicia para intervenir el teléfono presidencial.
El juez también defendió los acuerdos de cooperación de la Justicia con empresarios y políticos acusados en el proceso, un mecanismo más conocido como delación premiada. La colaboración de los involucrados se premia con cortos períodos de prisión, que en muchos casos son penas de sólo dos años y el pago de multas.
“La colaboración del criminal viene con un precio: no coopera si no hay beneficios, es parte de la naturaleza de este tipo de acuerdos. Antes, como regla, había impunidad. Ni siquiera sufrían las mismas consecuencias de sus crímenes”, dijo Moro.
La operación “Lava Jato” (“Lavado de autos”, en castellano), bautizada así por un autoservicio de ese tipo donde comenzaron las investigaciones del caso hace tres años, es considerada como la mayor causa anticorrupción en la historia brasileña. Decenas de políticos están acusados de haber participado durante años en una trama de sobornos, coimas y lavado de dinero por más de 13 mil millones de dólares en torno al gigante petrolero Petrobras, la empresa estatal más grande de Latinoamérica. El ex presidente Lula da Silva, quien gobernó desde 2003 a 2010, es el acusado más famoso de la operación. Moro le imputó cargos por lavado de dinero y corrupción pasiva, luego de que el ex presidente supuestamente aceptara un departamento por parte de la constructora OAS, a cambio de contratos millonarios para ejecutar un ambicioso plan de obras públicas.
Por este proceso, Moro condenó a Lula a nueve años y medio de cárcel en primera instancia el 12 de julio pasado, en una sentencia que debe ser confirmada aún por un tribunal de apelación. En la entrevista, el juez declinó hacer comentarios sobre la condena a Lula: “Sobre la sentencia al ex presidente, todo lo que yo quería decir ya está en la sentencia. Cuando un juez decide, evalúa las pruebas directas e indirectas”.
Se espera que el proceso contra el ex presidente tarde varios meses, lo que permitiría pavimentar su candidatura a las elecciones de 2018. Sin embargo, si el tribunal de apelación rechaza los recursos, su candidatura no estaría habilitada para presentarse a los comicios. Hasta ahora, Lula da Silva corre con ventaja: lidera la carrera con un 30% de intención de voto, doblando a Jair Bolsonaro (16%), del Partido Social Cristiano.