LA RENGA LLENÓ EL GLOBO O
La banda de Mataderos brilló en el Tomás A. Ducó. Hacía 10 años que no realizaba shows oficiales en Capital.
Tras diez años sin realizar shows oficiales en la Capital,ital, la banda de Mataderos tocóocó en la cancha de Huracán..
Santa María de Punilla 2009, Jesús María 2010, Tandil 2011, Tucumán 2012, Pergamino 2013, Villa Rumipal 2015, Bragado 2015, Paysandú 2016, Chile 2017. Las espaldas de los pibes bajando por Colonia rumbo al Palacio de Parque de los Patricios también dejan vestigios de viejas batallas en sus remeras gastadas. Por todos esos remotos destinos deambuló La Renga durante los últimos 10 años sin poder desplegar el poder de sus Pesados
vestigios en su ciudad natal, en el marco de un show oficial -en 2013 dieron un recital sorpresa en el acto por los 30 años de democracia en la Plaza de Mayo-. El sábado rompieron la veda y fue una verdadera fiesta. Prueba su- perada para la banda de Mataderos.
Y fue así porque hubo una gran organización detrás que ajustó todos los detalles para evitar cualquier tipo de inconvenientes. Una hora antes del inicio del show la gente ingresaba sin problemas. Sin banderas grandes, sin pirotecnia, sin alcohol en la cancha ni en su zona vallada. En los alrededores sí corrían las botellas cortadas y las latas como aperitivo principal: está claro que esto no es Coldplay, pero la efervescencia etílica y canábica de los más pasionales convivía en paz con gente de todas las edades que se acercó para ser parte del regreso.
El sonido fue demoledor. Desde varias cuadras más allá de la Avenida Caseros los vecinos relataban que habían seguido el show desde sus terrazas. A las 21.28 se apagaron las luces y en la pantalla aparecieron imágenes en formato de caricatura western de la época de la Ley Seca, con los músicos a los tiros en sintonía con la estética de Pe
sados vestigios, el disco de 2014 que siguen presentando hasta que lo nuevo, que según el cantante está en camino, salga a la luz. “A un corazón que se escapa no lo quieras enjaular”, rugía la voz de Gustavo “Chizzo” Nápoli abriendo la velada con Corazón fugitivo, del mencionado álbum. A los costados del escenario había cuatro pantallas que ofrecían diferentes planos. Por momentos con imágenes del escenario, por momentos con producciones propias para cada tema. Como en Nómades, donde hacían las veces de enormes espejos retrovisores surcando rutas por coloridos paisajes de cerros y montañas. “En estos recitales no hace falta hablar mucho, todo se dice en las letras de las canciones”, diría más adelante el cantante. También dicen mucho las pantallas. “Al fin mi Buenos Aires querido, después de tantas idas y venidas, acá estamos”, dijo Chizzo, agradecido.
En lo estrictamente musical, la banda funcionó de memoria como un trío. Nápoli es corazón, instinto, aullido y capitán de un barco donde la base son los hermanos Iglesias. Ambos como en su casa (los dos son Quemeros de corazón; Chizzo es de Racing). Gabriel, más conocido como “Tete”, le da dinámica con el ida y vuelta escénico y velocidad en sus líneas de bajo. Jorge, alias “Tanque” (desde la platea le gritaron cariñosamente “Ahora sos medio tanque”, en virtud de su notable puesta en forma), le da volúmen a fuerza de doble bombo y potencia. El combo lo completa el saxofonista y armoniquista Manuel Varela, que sin ser omnipresente, mete sus solos en los temas que lo necesitan y los hace brillar. Tuvo su momento también el ex Vox Dei Nacho Smilari, una “reliquia del rocanrol”, sumándose en Poder y Panic Show.
La fiesta fue completa y tuvo sus momentos de mayor emotividad en los clásicos. La Balada del diablo y la
muerte con un hermoso coro de toda la cancha a capela; sobre el final el “reggae” inicial de El viento que todo
empuja, con un reptil mitológico inflable gigante asomado sobre sus cabezas en el escenario; y el clásico cierre con Hablando de la libertad a puro fervor y puños en alto. Todo había salido bien y estaban felices de demostrar que la fiesta es posible. “Parecíamos una banda extranjera, vayan en paz y que mañana cuando coman los fideos al mediodía sea sólo un lindo comentario”.