Los nuevos caminos del arte
Después del éxito de La Noche de los Museos -con actividades culturales, espectáculos musicales y recorridos gratuitos en micros y hasta en bici-, la gran convocatoria de Gallery Nights &
Days, el suceso de ArteBa y el auge de los espacios y talleres de artistas que abren sus puertas al público no especializado, el mercado del arte no podía tardar en modificarse. Hoy es llamativa la oferta de newsletters y páginas web con obras a la venta, las tiendas con curaduría (no ya galerías) y las ferias multitudinarias como BADA, Boutique de Arte. Directo de Artista, que el año pasado reunió a 250 expositores y fue visitada por 50.000 personas, con la siguiente propuesta: conocer personalmente al artista, comprar sin intermediarios y acercar el arte a la gente. “Todos podemos ser coleccionistas” y “Lle
vate un artista a tu casa” son sus consignas. En ese contexto, no sorprende la llegada del primer e-commerce curado de arte contemporáneo argentino, Diderot.Art, un sitio que cuenta con 40 artistas locales emergentes y de ca- rrera media, que busca expandir el mercado local y ofrece a las figuras seleccionadas herramientas online para impulsar sus carreras y llegar a clientes en todo el país. “Cruzamos la tecnología con el arte para dar visibilidad a una mayor cantidad de artistas”, explica Lucrecia Cornejo, una de sus creadoras. Estefanía Jaugust es la curadora del espacio.
Las obras están en consignación y son exhibidas mediante un fotomontaje “para ayudar al comprador que busca arte para decorar su casa, dar una idea de su dimensión y de cómo quedaría en determinado ambiente”. Cobran 35 por ciento de comisión (los galeristas, 50 por ciento) y ofrecen facilidades de pago. ¿Precios de las obras? Desde $2000 a $150.000. Su objetivo: generar un nuevo coleccionismo y expandir el mercado del arte. “Lograr que se abra a la gente y que la gente se acerque a él, que pierda el miedo a comprar al contar con guía”, apunta.
A los espacios alternativos, hoy se suma la autogestión de algunos artistas, que trabajan su propio marketing y escapan al circuito de la venta habitual. Es el caso de Gabriela Tolomei, ex empresaria, especialista en MKT, que hace 9 años decidió dedicarse a la pintura y hoy cuenta con exposiciones permanentes en Londres,
Es llamativo el auge de espacios, ferias y talleres de artistas que abren sus puertas al público no especializado. El mercado se expande.
París y Nueva York, además de implementar un modelo total de negocio. Tiene su propia web, fotolibros y galería virtual donde vende sus obras. “Siempre pinté. El arte formó parte de mi vida desde lo vocacional, no profesional. En 2009 tomé conciencia de que mi deseo más profundo era unir la vocación con la profesión. En ese momento podía hacerlo. Ahora, la autogestión es lo mío. Por mi formación, soy mi propia empresa. No dependo de nadie. Tengo esa mirada de gestión, que no todos tienen”, asegura.
Creatividad, vocación, permanencia, dedicación constante, son algunas de las cualidades que el artista plástico debe tener para que lo reconozcan en el ambiente. “Hay que tener continuidad en el circuito y una identidad muy marcada. Así se puede armar un camino como artista”, dice Gabriela. Vivir del arte es otro tema. El 60 por ciento de las obras, aproximadamente, se venden en galerías. El 40 por ciento restante, en ferias, exhibiciones y venta directa online. Este es el nuevo circuito. “En las galerías de arte, el potencial comprador se puede conectar con la obra. Es el espacio más adecuado, el indicado, por la curaduría”.
Diferenciar al público también importa. Una cosa es un lindo cuadro para decorar un espacio y otra es comprar por lo que despierta la obra. “Ahí es como enamorarte”, señala justamente Tolomei, quien explota ambos mercados. La vivencia directa no es como la virtual, por supuesto. Y tampoco se puede comparar la propuesta de un artista con la del que busca vender un cuadro simplemente o realiza una artesanía. “El artista tiene otro compromiso, otra búsqueda. Es un creador”, distingue. Los dos conviven en este nuevo escenario.