Un éxito que no se quedó en el Medioevo: salió a captar más gente
Este año la serie creció en audiencias: entre el segundo y el tercer episodio, que se emitió anoche, su trama se volvió más fácil de entender, e incluso de prever, de cara a los nuevos públicos.
Game of Thrones Drama fantástico Con: Emilia Clarke y Kit Harington Guión: David Benioff y D. B. Weiss Emisión: Domingo a las 22, por HBO y en HBO GO.
Game of Thrones confirma su mágico poder en esta séptima temporada: la serie medieval y fantástica de HBO rebasa sus récords de espectadores mundiales, aunque diez meses atrás se hayan filtrado en Internet supuestas sinopsis furtivas de los siete episodios estreno. Pero estos sospechados spoilers no atenúan el goce de los fans globales, quienes cada domingo a las 22 no buscan o exigen sorpresas: desean ver sus propias profecías hechas realidad.
Anoche se emitió el tercer episodio, The Queen’s Justice, alrededor de uno de los encuentros más esperados: el de Daenerys Targaryen, la Madre de Dragones, con el famoso Jon Snow, el Rey en el Norte. Los rostros juntos de los dos íconos pop, hoy, de
Game of Thrones: los actores Emilia Clarke y Kit Harington. Su posible alianza tiene un doble motivo, bélico y sensual. A la vez, destronar a Cersei Lannister (Lena Headey), la reina de Westeros, y enfrentar a la gélida amenaza de los White Walkers. El símbolo sobrenatural del mal.
La serie conlleva múltiples coordenadas y nombres, casi imposibles de ser captados por quienes no siguen la serie desde su primera temporada (2011). Pero la séptima, y de cara a la final, con su gran poder de fuego publicitario logró que nuevos públicos sintieran la necesidad de verla. Su vínculo afectivo no será el mismo que el de los fans, pero sí la ansiedad. Y, ante ellos, HBO parece haber hecho su movida táctica imbatible: volvió la trama algo más previsible y fácil de entender entre el segundo y tercero. Así, el temor de los spoilers se atenúa en este juego serial.
“Las profecías son peligrosas”, había dicho la sacerdotisa Melissandre en el segundo episodio, al ir a visitar a Daenerys para hablarle por primera vez de un tal Snow. Entre tantas escenas en paralelo, Cersei Lannister vio en su castillo un arma secreta contra los tres dragones de Daenerys,
Arya Stark emprendió el regreso a Winterfell para sumarse a la acción. Sam Tarly reveló la debilidad de los White Walkers, y largos etcéteras. Cada uno de estos ganchos hizo prever los sucesos del tercero: sin elevados misterios, ¿para qué spoilear?
Claro que el diestro nivel actoral sostiene el interés por cada escena nueva o anhelada (con fervor latente, por las redes sociales). Detalles, guiños y diálogos: en ellos está la victoria de esta serie. A principios de julio, HBO trazó su estrategia de seducción, de cara al estreno del domingo 16: difundió los títulos y descripciones de los primeros tres episodios. Este fue el anticipo oficial del tercero: “Daenerys es el centro de la atención. Cersei devuelve un regalo. Jaime aprende de sus errores”.
Para los recién llegados estas frases habrán sonado a enigmas imposibles. Para los entendidos fueron pistas certeras. Sólo hay que saber esperar. Por eso mismo, el interrogante no es qué ocurrirá sino cuándo las profecías de los fans confluirán, con o sin sorpresa, en la gran batalla final.