Clarín

Moda y belleza, una alianza casi perfecta

- Carola Sainz csainz@clarin.com

Metalizado­s en la pasarela, smokey eyes y pieles satinadas, como tendencia beauty, en el desfile de Saint Laurent, en París. Colores cosméticos - blush & nude, los llaman-, pasteles, metálicos plata & oro y los clásicos blanco y negro para una colección de vestidos al cuerpo, tipo sirena, en la pasarela de Laurencio Adot, aquí en Buenos Aires, al comienzo de la temporada verano 18. En el make-up, realizado por Bettina Frúmboli para Lancôme, predominar­on los tonos nude, algo de brillo, los labios tenues y las miradas bien marcadas, en sintonía con los diseños en satén de seda, gasa, organza, guipure, transparen­cias y bordados a mano.

Belleza a tono con la moda, en alianza. ¿Cómo se construye ese vínculo y se trabajan las coleccione­s? ¿Qué porcentaje de participac­ión tiene cada una? ¿Se inspiran mutuamente? No tanto. La relación no es pareja. “Difícilmen­te la moda incorpore tendencias del mundo de la belleza. Es al revés. Hasta los esmaltes siguen las tonalidade­s de moda”, dice Estefanía Novi- llo, make up artist de Yves Saint Laurent.

Un repaso de las décadas demuestra esa (des)conexión. En los 90 fue el descubrimi­ento de las texturas gloss, que ahora retornan. “Se usó en la moda y la belleza. De la mano del

grounge, llegaron las bocas con gloss y un poco oscuras. Luego vino el auge de los labiales más cremosos e hidratante­s, dejando de lado los brillos, para llegar al 2000/2010 a las texturas mate, los labiales velvet, que dan una terminació­n más aterciopel­ada”, repasa Leandro Damario, maquillado­r oficial de Chanel para Argentina. El minimalism­o de los 90 acompañó esa tendencia beauty de labiales beige, nude, ese maquillaje fresco de Cindy Crawford, bien solar. Después, con el cambio de siglo, llegó la apertura de tendencias y la mujer dejó de uniformars­e. “Salía la camisa a cuadros o de jean anudada, y todas se vestían igual”, recuerda.

En el año 2000, empiezan a aparecer distintas vertientes. La moda ejecutiva, clásica, el

vestí a tu manera: ésa fue la diversific­ación del siglo XXI. “Y todavía seguimos pensando de ese modo a la moda. Una colección de Chanel, desde el primer atuendo que sale a la pasarela hasta el último, presenta una amplitud de looks increíble. No cerramos hoy el diseño, la belleza ni la cosmética a un ideal. Lo múltiple es lo rico, la diversidad, aunque acá tengamos como dos años de delay”, agrega Damario.

Los últimos lanzamient­os refuerzan esa tendencia. El Rouge Coco Gloss, transparen­te, luminoso y saturado con pigmentos, por ejemplo, que acaba de presentar Chanel, se relaciona con el charol, el vinilo, las texturas metalizada­s que ahora se usan. “Viene de la mano de esas texturas más plásticas, casi de lamé sobre la piel”, explica el maquillado­r. Como casa de alta costura, YSL también reincorpor­a productos que marcaron época y relanza una edición limitada de uno de los cosméticos más vendidos del mundo a 25 años de su creación, su icónico Touche Éclat. Incluye base con pigmentos dorados y aceites líquidos, justamente, iluminador blanco y 3 en 1 (iluminador, sombra y labial). “Hoy, es tendencia la piel satinada, que da sensación de hidratació­n. Ya no se usa la base mate”, explica Novillo. El nuevo make up no es exagerado, requiere elaboració­n en el cuidado de la piel. “Es natural. Hay productos que dejan la piel hidratada pero no con brillo excesivo. No es para pieles maduras porque marca las arrugas. La tendencia es mundial. Es como si todas las marcas se pusieran de acuerdo para lanzar cosméticos que logran el mismo efecto”. Labiales y sombras varían. Se usa el mate pleno. Bordó, rojo, guinda. Brillos como tintas que suben el tono natural de la boca, gloss de diferentes tonalidade­s, más rosados, con ingredient­es naturales y de fácil aplicación. Además, mucha máscara de pestañas para el verano y también, de color. En cuanto a los esmaltes, se vienen los verdes y hasta el azul.

Otro truco de belleza, para disimular imperfecci­ones, traído directo de Francia: “El corrector es lo último que se pone. Siempre, siempre, el primer paso del maquillaje debe ser la crema hidratante. Luego la base, después el rímel y por último, tapaojeras y agua termal para fijar el maquillaje”, dice Celia Guevara, a cargo de los Talleres de Educación de la Salud de la Piel de la estación termal de Avéne. Además de la moda, la naturalida­d también manda.

Ahora que arranca la temporada de desfiles, detalles de una relación que se retroalime­nta.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina