“Por años hemos visto que los gobernantes pasan y la pobreza queda”
Creo no equivocarme si digo que no hay país del mundo al que no le preocupe la pobreza. Erradicarla es el gran anhelo de cualquier gobierno que se propone seriamente contribuir al desarrollo de su nación. Entonces, es razonable preguntarse, ¿qué pasa en la Argentina? Soy de la opinión de que en nuestro país se verifica la terrible inmoralidad que un grupo de inescrupulosos un día descubrió el negocio que podía significar tener a gran parte de la población sumida en la miseria. Así es como por años hemos visto que los gobernantes pasan y la pobreza estructural queda. Y que, hasta ahora, a nadie le importaba realmente demasiado. Para mí, en este “negocio” existen dos partes. Quien lucra de las necesidades de los más desprotegidos, y quienes nunca vieron otra posibilidad que subsistir de las prebendas del Estado. Así las cosas, con todos los protagonistas felices, ¿quién podría quejarse? De este modo, y por primera vez en mucho tiempo, asistimos a la oportunidad histórica de cambiar esta realidad. Desde un primer momento, el Presidente de la Nación nos ha propuesto la idea de luchar para que en la Argentina haya de una vez por todas pobreza cero. Vaya utopía si las hay. El asunto pasa, entiendo, no tanto por lo matemático, sino por generar una verdadera revolución cultural entre los argentinos.
Y considero que en eso estamos. En convencernos de que la pobreza no es sólo una cuestión económica, sino social. Que para salir adelante se requiere atacar las bases del problema y para ello deben garantizarse la educación, la salud, la seguridad y la justicia. El camino no es fácil, pero creo que es el camino correcto. Ojo, no hay atajos. El cambio no los permite. Lo que sí hay es una promesa: nos espera un gran futuro. El que nos merecemos. Felipe Sastre estudiosastre@hotmail.com