Los piqueteros coparon la Ciudad y buscan más protagonismo
Quieren espacios en la CGT, una obra social y ser parte del consejo del salario. Por la marcha, el centro fue un caos.
Los movimientos sociales arrancaron desde Liniers y llegaron a Plaza de Mayo, cortando avenidas clave más el Puente Pueyrredón. Quieren una obra social propia y ocupar lugares de decisión en la CGT y el Consejo del Salario.
Luego de seis horas de caminata, en las que unieron Liniers con la Plaza de Mayo, las organizaciones sociales marcharon bajo la consigna “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo” en reclamo de una ley de Emergencia Alimentaria y la plena implementación de la Ley de Emergencia Social. Como era de esperar hubo discursos
muy fuertes contra el Gobierno.
Los movimientos sociales vienen dando batalla para ser algo más que representantes de aquellos que reciben asistencia estatal: buscan institucionalizarse como actores de la economía. A saber: están tras una obra social, pidieron tener un asiento en la CGT y este año quisieron formar parte del Consejo del Salario. Hasta ahora no pudieron concretar ninguna de esas acciones pero saben que tienen poder de fuego: 4,5 millones de trabajadores en la informalidad. En media hora se condensaron los tres discursos que se escucharon y estuvieron a cargo de los mismos dirigentes que habían hablado un año atrás: Daniel Menéndez, de Barrios de Pie, Juan Carlos Alderete, de la Corriente Clasista Combativa, y Esteban
“Gringo” Castro, de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular. Habían tentado a Juan Carlos Schmid, de la CGT, para que dijera unas palabras, pero finalmente no ocurrió. Menéndez trató de “cínica y mise
rable” a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich: “Estuvo hablando pavadas todo el día, se ve que nunca se sentó con alguien que no come”. En otro tramo apuntó: “Nuestro sueño no es vivir declarando emergencias, sino llevar comida y trabajo a nuestra gente”. Alderete, como es habitual, le pegó duro y directo a Mauricio Macri: “Hoy se juntó con la Sociedad Rural para pactar subas del dólar que después pagamos todos los laburantes; es un Gobierno de ricos que gobierna para ricos”. Alderete pidió “pro-
fundizar” las medidas de fuerza “porque el hambre y la desocupación no espera a las elecciones”.
Finalmente, y ya con bastante gimnasia discursiva, habló Castro. “Nosotros queremos paz, pero sin justi
cia social no puede haber paz”, gritó buscando el aplauso. A continuación criticó a los supermercadistas, que hoy están bajo la lupa del Gobierno: “Acá hay seis hipermercados que fijan los precios y este Gobierno es amigo de ellos y no hace nada contra eso”.
Llamó a “reventar la plaza el 22” de agosto, día en que marchará la CGT. Fue la forma de confirmar que se sumarán a esa movilización sindical.
Hablando de la Central obrera, Schmid había comprometido, el viernes en la sede de la CTEP, la presencia del secretariado general. De los 25 secretarios generales que lo conforman solamente acompañaron al portuario Julio Piumato (Judiciales) y Juan Pablo Brey (Aeronavegantes): marcharon desde Once a Plaza de Mayo.
El que sí estuvo en el escenario fue Francisco “Barba” Gutiérrez, a quien se lo vio eufórico con vistas al acto del 22. “Vamos a movilizar”, aseguró a este diario sabiendo que en la CGT hay sectores que están expectantes con la marcha. Temen incidentesMenos consenso aún hay para llamar ese día a un paro, aunque Schmid ya lo dio como un hecho este viernes pasado. Toda una encrucijada, frente a la presión que tendrán si ese día no convocan a un paro. La marcha generó un caos de tránsito por más de ocho horas. Hubo cortes en avenidas y en el acceso por el sur del Puente Pueyrredón. El acto se desarrolló a seis días de las PASO y la campaña se coló en la marcha: no por la presencia de espacios políticos, sino por la ausencia. Por ejemplo, no se los vio marchar, como sí lo hicieron el año pasado, a Jorge Taiana y Hugo Yasky. Eso sí, las Orgas cuentan ya con el compromiso de los bloques opositores para darle media sanción al proyecto de Emergencia Alimentaria.