Clarín

En el Gobierno creen que la marcha fue débil y electoral

- Martín Bravo

El bullicio y la resonancia de los discursos en la Plaza de Mayo llegaban a media tarde a la Casa Rosada, se metían en los patios internos, sin alterar las rutinas habituales. “Vas a ver que en 20 minutos empiezan a disgregars­e, a desparrama­rse sueltos”, predijo uno de los funcionari­os que estaba enterado en detalle de los planes de los movimiento­s sociales. “Comienza la desconcent­ración”, efectivame­nte contaban al rato los canales de noticias. Sin desestimar la movilizaci­ón,

con el reconocimi­ento de que “hubo mucha gente”, en el Gobierno evaluaron que la convocator­ia resultó me

nor que lo anunciado por los organizado­res y sin el impacto de la del 7 de agosto de 2016. También algo repetido: le adjudicaro­n motivacion­es electorale­s, aunque también aseguraron que la campaña hizo que la marcha perdiera fuerza.

“Hay mucha gente pero no tanta como dijeron que iba a haber. Son todos tipos que juegan con algún espa- cio el domingo y eso le sacó energía a la convocator­ia. El año pasado fue mucho más compacto, estaban unidos por la ley de emergencia”, dijo a

Clarín un funcionari­o a modo de evaluación, sobre el final del acto: “Habían dicho 150 mil por lo menos, no creo que lleguen a la mitad”.

En la Casa Rosada se detuvieron en los intereses de las organizaci­ones sociales en las elecciones: el Movimiento Evita con Florencio Randazzo, Barrios de Pie con Libres del

Sur y 1País de Sergio Massa y Margarita Stolbizer, la Corriente Clasista y Combativa con Víctor de Gennaro y otras agrupacion­es más chicas con candidatos propios: “Están con la campaña y no tuvieron tanto tiempo para hacer una convocator­ia minuciosa y más fuerte”.

Mario Quintana -uno de los coordinado­res del Gabinete- y los ministros Carolina Stanley (Desarrollo Social) y Jorge Triaca (Trabajo), con diálogo con las organizaci­ones, conocían desde la semana pasada los planes de la marcha y hasta el tono de los discursos de Daniel Menéndez (Barrios de Pie), Juan Carlos Alderete (CCC) y Esteban Castro (CTEP). Las principale­s críticas estuvieron dirigidas a Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad que había dicho por la mañana: “Convertir a San Cayetano en una movilizaci­ón es una barbaridad, de muy bajo nivel”. Los contactos con dirigentes de esos movimiento­s se tornaron frecuentes desde el año pasado y se profundiza­ron desde la sanción de la ley de Emergencia Social y el relevamien­to de barrios populares.

Por la Emergencia Social, uno de los reclamos por las demoras primero en su reglamenta­ción y ahora en su implementa­ción plena, habrá reuniones de equipos técnicos de Desarrollo Social, Trabajo y las organizaci­ones la semana próxima para discutir la ejecución presupuest­aria. Y el Gobierno rechaza la Emergencia Alimentari­a. “Mucho se ha avanzado en la contención social. Se viene cumpliendo con el calendario de la Emergencia Social y en la discusión sobre los programas nutriciona­les se tienen que incorporar otros actores”, dijo Triaca a Clarín.

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