Norcorea amenaza con una represalia “mortífera” por las sanciones de la ONU
Es contra el veto a sus exportaciones, que la privarían de un tercio de sus ingresos. China apoyó la medida.
El régimen stalinista de Corea del Norte volvió ayer a redoblar la apuesta contra Occidente y amenazó a EE.UU. con una represalia “mortífera y mil veces más grande” tras las sanciones económicas aprobadas el sábado por el Consejo de Seguridad de la ONU, al tiempo que reiteró su rechazo a negociar su plan nuclear.
El régimen está preparado “para hacer pagar a Estados Unidos por sus crímenes contra nuestro pueblo y nuestro país”, anunció Pyongyang en una declaración difundida por medios estatales. La cúpula del país comunista aseguró además que no negociará sobre su programa nuclear. “No nos desviaremos ni un centímetro de nuestro camino hacia el rearme nuclear”, advirtió.
China, principal aliado del régimen comunista norcoreano y su socio comercial más importante, declaró ayer que aplicará “al 100%” las sanciones “y de forma estricta”, en una aparente alusión a Estados Unidos, que acusa a Beijing de no presionar lo suficiente al régimen del líder Kim Jong-Un.
Las sanciones aprobadas por el Consejo de Seguridad buscan frenar las ambiciones nucleares del régimen. De implementarse en su totalidad, privarían al país de un tercio de sus ingresos de divisas por exportaciones (1.000 millones de dólares anuales) al impedirle exportar carbón, hierro, plomo y otras materias primas, además de pescado y mariscos. Washington calcula que esas sanciones mermarán los ya bajos ingresos del país.
Con todo, Pyongyang dijo ayer que no abandonará sus planes nucleares “hasta que la política hostil y la amenaza nuclear de Estados Unidos hacia Corea del Norte esté básicamente eliminada”, según consignó el canciller norcoreano, Ri Yong-ho, al hablar en el encuentro de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean) que se celebra en Manila.
El ministro norcoreano aseguró que Pyongyang es “una potencia nu- clear responsable” y que no tiene “intención de utilizar armas nucleares ni amenazar con ellas a ningún otro país excepto a Estados Unidos, salvo que se una a una acción militar de EE.UU. contra Corea del Norte”.
Pese a las prohibiciones internacionales, Corea del Norte probó un misil intercontinental el pasado 28 de julio, que, según los expertos, tenía un alcance de unos 10.000 kilómetros y podría alcanzar territorio estadounidense. El presidente surcoreano, Moon Jae-in, pidió ayer la máxima presión sobre Corea del Norte para que ponga fin a sus programas misilístico y nuclear. El régimen de Pyongyang debe ser llevado “al camino correcto”, señaló durante una conversación telefónica con su par estadounidense, Donald Trump. Moon confía en que las sanciones sirvan para que Corea del Norte vuelva a la mesa de negociaciones.
También Rusia instó al desarme nuclear coreano. Durante la cumbre de la Asean, el canciller Serguei Lavrov pidió a su homólogo norcoreano contención en el conflicto y abogó por que todas las partes busquen de inmediato una solución diplomática a la disputa.