Pidieron ayuda para un ex jefe de la barra y terminaron a los tiros
Los hijos de “Rulo” reclamaron dinero a los actuales líderes para el tratamiento de su padre. Hubo un herido.
La barra brava de Racing otra vez en el centro de la escena como protagonista estelar. Un tiroteo, un herido de bala y el partido de hoy ante Mitre de Santiago del Estero por Copa Argentina suspendido hasta nuevo avi
so. Se entiende: la APreViDe no quiere correr ningún riesgo, mucho menos a pocos días de las PASO. Pero la escalada de violencia en el seno de la Guardia Imperial crece y crece, y las batallas se suceden. Y genera temor.
Eran alrededor de 150 los barras que estaban comiendo un asado en el club Alvear, ubicado en la calle Rodó 4190, de la Ciudad de Buenos Aires. Intentaban organizar el traslado a Quilmes para el juego ante Mitre. De repente, entrada la madrugada, un par de motos y un par de autos llegaron a los gritos al lugar. Tiraron un tiro y pidieron hablar con Raúl Guillermo Escobar Barrios, alias Huevo, el jefe de la barra. Los laderos del Hue
vo salieron a hablar con los visitante, un grupo encabezado por Walter
Coco Gómez, hijo de Ignacio el Rulo, un histórico referente de la Guardia Imperial. Las palabras duraron poco: rápido se inició el tiroteo que dejó herido a Alan Carniza, de 23 años.
Hay una historia detrás de las balas cruzadas. Rulo Gómez integró la primera línea de la Guardia Imperial en los 90. Sus cercanos lo señalan como un buen compañero, leal y gene- roso. La familia Gómez crió a quien hoy maneja la barra junto a Huevo: Nelson Medina Lopetegui, el Para
guayo, que llegó al país cuando era adolescente. Los hijos de Rulo siguieron el legado del padre y, entonces, Jesús, Walter (Coco) y Nicolás se sumaron a la barra. Los tres viajaron a Colombia para alentar a Racing ante Rionegro Aguilas, el 1° de junio de este año. Ahí, en tierras cafeteras, se reunieron con los jefes de la barra para pedirles dinero para los costosos tratamientos que lleva adelante Rulo, enfermo de HIV. Solicitaron 30 mil pesos y les dieron 4 mil. Fue el principio del fin. Los Gómez juraron venganza. “A nosotros no nos cambia la plata. Ellos ahora son millonarios y dan la espalda. Cuando no tenían nada, nosotros les dimos de comer”, comentan en el clan Gómez.
Quienes conocen las internas de Racing explican que Coco es el más bravo de los Gómez. Fue él quien se juntó con sus amigos de Dock Sud y con el grupo de Villa Corina -que busca desplazar a Huevo Escobar del control de la tribuna- y fueron a mandar un mensaje al club Alvear. Ignacio Gómez estuvo internado en el hospital Muñiz hasta hace unas horas y los médicos hablan de una enfermedad terminal. Los hijos de Rulo saben que es indispensable que su padre realice un tratamiento en una clínica privada para alimentar la esperanza. Y para eso necesitan dinero en efectivo. Eso es lo que le reclaman a los líderes de la Guardia Imperial.
El quiebre entre los hermanos Gómez y los jefes de la barra se produjo antes del viaje a Medellín, para el partido entre Racing e Independiente por Copa Sudamericana. Walter, Nicolás y Jesús se encontraron con Hue
vo y rompieron -en la cara- los pasajes aéreos que les había conseguido. Ca-
da uno tenía un valor de 20 mil pesos. Luego se sucedieron amenazas por mensajes de texto y voz. Hasta que se produjo el tiroteo del martes por la madrugada.
En los últimos años, los violentos han ganado la escena en Racing. El presidente Víctor Blanco prefiere no
hablar del tema en profundidad. El asesinato del periodista partidario Nicolás Pacheco en la sede de Villa del Parque, ocurrido el 24 de enero de 2013, marca un punto de quiebre. Por la muerte de Pacheco fueron condenados a 12 años de prisión por homicidio simple Aníbal Vaquero Domínguez Butler (60 años), Enrique Armando Rulet (32) y Juan Carlos Turu Rodríguez, todos integrantes de la facción stone de la Guardia Imperial. De ahí en más, la escalada de violencia. En octubre del año pasado, el grupo disidente de Villa Corina emboscó a la barra a 3 cuadras del Cilindro en la previa al juego ante Patronato. Hubo varios heridos de bala. Por ese episodio se suspendió el choque ante Gimnasia de La Plata que se iba a jugar en Mar del Plata. En marzo de este año un barra fue abusado en un ajuste de
cuenta a metros del estadio. En abril, 11 barras fueron detenidos en el Juan Perón con un revólver, balas, facas, sevillanas, manoplas, drogas, carnets truchos y entradas falsas. Queda claro: la interna de la barra es explosiva. ¿Hasta dónde llegará?