Clarín

Al final, la ex presidenta subió el tono contra Macri: “No hay dudas de que retrocedim­os”

Cristina también le apuntó a su rival, Esteban Bullrich, y a Vidal. Criticó fuerte el rumbo económico.

- Pablo Ibañez pibanez@clarin.com

Tres puntos arriba, dice en medio del tumulto Fernando Espinoza. Ganamos por cuatro, pronostica Jorge Taiana, mientras abraza un bebé y posa para otra selfie. Seis arriba y Cambiemos no llega a 30, comenta, eufórico, Daniel Scioli a sus compañeros de boleta. Esas matemática­s del futuro cercano -el del próximo domingoado­rnaron el antes y después del acto con que Cristina Kirchner cerró ayer

su campaña en una sede de la Universida­d de La Matanza en González Catán, ahí nomas de la ruta 3.

La numerologí­a feliz, que el peronismo K condimentó con alertas sobre el conteo de votos el domingo, desentonó con el tono más bravío de la ex presidenta, que como en un permitido, abandonó el modo zen y castigó a Cambiemos pero, en particular, a Esteban Bullrich. “El candidato del Presidente y de

la gobernador­a”, dijo estirando las palabras, irónica, sobre su rival para el Senado, a quien, en continuado, le recordó sus gaffes: de sus analogías referidas a Anna Frank al elogio de “un pibe preso más por día”.

“Es evidente que no fue el mejor ministro de Educación de la historia”, lo enfocó Cristina y no lo soltó por un rato. Relató, con tono intimista, que cuando le contaron los fallidos de Bullrich pidió ver el video porque pensaba que estaban trucados. “Lo enconden y lo mandaron callar”, comentó sobre la equívoca performanc­e campañista del ex ministro de Educación.

Fue una metralla quirúrgica contra Bullrich. Hasta el lugar de cierre operó en esa variable: fue en lo que Verónica Magario llamó “Universida­d fantasma”, porque el edificio está terminado pero “Macri y el principal candidato” de Cambiemos “decidieron no destinar las partidas para pagarle a los docentes”.

Pero a lo jefa, antes de la perdigonad­a contra Cambiemos, Cristina puso una condición. “Cuando mencione a alguien que no los haga felices, les pido que no lo silben ni nada”, pidió. Todos acataron la premisa.

“No hay dudas de que hemos retrocedid­o. Siento que estamos discu- tiendo cosas que ningún ciudadano creía que se iba a volver a discutir”, aseguró rodeado de jóvenes universita­rios y unos treinta candidatos de Unidad Ciudadana. También advirtió que el Gobierno “tiene que cambiar el rumbo económico”.

Fue otra transgresi­ón al modelo de campaña soft y minimalist­a que desarrolló estas semanas. En Arsenal, en Mar del Plata y en otras bajadas, la ex presidente casi no se mostró con los demás postulante­s. Ayer lo alineó a todos sobre el escenario: de Scioli a Espinoza, de Roberto Salvarezza a Nicolás Rodríguez Saá.

Sin levantar el tono, Cristina también puso en su blanco a María Eugenia Vidal, a la que acusó de abandonar la gestión en la provincia “para ponerse al frente de la campaña” y pidió votar para “ponerle límites” al gobierno PRO.

Jugó, con picardía, con la tesis de que votar en contra del Gobierno es ayudarlo a que entienda que está “equivocado”, y al final se metió con la estampida del dólar. “Dicen que la gente está nerviosa por el resultado electoral. Es cierto que está nerviosa, pero está nerviosa porque no llega a fin de mes, no por las elecciones ni por el dólar”, cerró. Sonó Vencedores Vencidos, de Los Redondos, hubo flashes y saludos. Y el coreo de “vamos a volver” mutó de a poco en estrofas de “La marcha peronista”. Hacía rato que el emblemátic­o himno partidario no musicaliza­ba un show de Cristina.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina