Organizaciones sociales presionan a la CGT por la movilización del 22
Barrios de Pie, CTEP y CCC quieren subir el grado de confrontación con el Gobierno. En la central obrera, dudan.
Las organizaciones sociales pedirán, para la semana que viene, una reunión con el Concejo Directivo de la CGT “con la idea de intercambiar miradas para impulsar la movilización del 22 de agosto” según sondeó este diario a dirigentes de Barrios de Pie, CTEP y la CCC. La propuesta viene a contramano de lo que pasa puertas adentro de Azopardo: las internas entre armarla o no, “o bajarle la expectativa” abrió una grieta entre los que están a favor, el moyanismo, y los que se oponen, el sector de “Los Gordos” e “Independientes”.
Para este último grupo será definitorio lo que pase en las elecciones de este domingo: si pierde el Gobierno, sería un llamado de atención de la sociedad que a la CGT le serviría de empuje. Ahora bien, desde el sector moyanista entienden que esto sobrepa
sa a un resultado electoral porque la convocatoria fue una decisión orgánica votada en un plenario. Schmid fue más lejos y ya se pronunció que “el 22 se va a convocar a un paro”.
Para Daniel Menéndez, referente nacional de BP, no hay vuelta atrás: “Entendemos, porque vemos que la situación está muy mal, que hay que avanzar a un paro. Hablamos con el sector de Schmid y nosotros vamos a poner todo el volumen político y social para que la CGT tenga el plafón para salir a pelear”. Enumera que en- tre las cuentas pendientes con el Gobierno está “la implementación plena de la ley de Emergencia Social y avanzar en el proyecto de la Emergencia Alimentaria”. Ese “volumen social” es el que estas tres organizaciones mostraron este lunes 7 de agosto, día de
San Cayetano: protagonizaron una masiva marcha que peregrinó desde Liniers a la Plaza de Mayo.
Gildo Onorato, de la CTEP consideró que “la movilización es independiente del resultado electoral porque no va a cambiar la realidad de los trabajadores formales o informales”. Aunque se acopló al pedido de jun- tarse con la CGT, fue cauto al agregar: “Somos respetuosos de las decisiones orgánicas de la CGT, no nos peleamos con la CGT sino con el Gobierno. Si la CGT decide avanzar a un paro, bien; sino ya quedó demostrado nuestra capacidad de expresarnos”.
Más radicalizado fue Juan Carlos Alderete, de la CCC y quien comentó a este diario: “Mientras el Gobierno mantenga su sordera y de no haber medidas más fuertes contra él, nosotros tenemos decidido resistir como en el 2001 en algún lugar de La Matanza porque acá hay hambre”. - 2001... ¿Usted habla de saqueos?
- No. Nosotros estamos en contra de los saqueos. Lo que haremos será resistir en algún lugar público.
Un dirigente del sector de “Los Gordos” descartó la huelga general: “Es la última instancia y hoy no vemos que estén los canales de diálogo cortados”. Justificó: “A un trabajador formal un paro le cuesta plata, a un informal, no”. La CGT está en una encerrona, además sobrevuela el fantasma del 7 de marzo, marcha en la que se esperaba que anunciara un paro y no ocurrió: le tomaron el escenario y los dirigentes salieron corriendo. Ese escenario es el más temido.