Clarín

“Mickey” ríe, pero Claudia no aparece

- Osvaldo Pepe opepe@clarin.com

“Me preguntan por qué enloquecí. Fue así. Un día...desperté de un profundo letargo y descubrí que me habían robado todas las máscaras que yo mismo me había confeccion­ado, y que llevé en siete vidas distintas; corrí sin máscara... gritando: ‘¡Ladrones! ¡Ladrones!¡Malditos ladrones!’. Hombres y mujeres se reían de mí, y al verme, algunas personas, llenas de horror, se refugiaron en sus casas”. (De “El Loco”, relato breve de Khalil Gibran, poeta y ensayista libanés) El caso de Claudia Ferro, una vecina de Villa Luro desapareci­da desde fines de diciembre pasado, con su casa ocupada desde entonces, salió del pacto de silencio que parecía querer transforma­rlo en olvido definitivo por la denuncia pública de esta columna.

Fue necesario que más medios alborotara­n el avispero con sus movileros para que la inac

ción de policías y fiscales distraídos, por acción u omisión, se pusieran a hacer su trabajo a fondo. En particular el jefe de la Fiscalía de Instrucció­n N° 42, Miguel Velarde, quien quedó

expuesto en su plena negligenci­a y desconoci

miento del caso en el reportaje televisivo de Guillermo Lobo, Lorena Maciel y Valeria Sampedro en TN, así llevaron al hombre que inves

tigaba sin investigar a citar para mañana a declaració­n indagatori­a (como sospechoso­s de

usurpación) a los ocupantes de la casa de Claudia Ferro. Ocho meses después. Casi un parto.

Clarín buscó confirmar si la jueza Iermini, subrogante en la causa, avaló las citaciones por usurpación. No obtuvo respuesta, pero el fiscal asegura que ya lo hizo y habrá indagatori­a. Otra jueza, Fabiani, lleva la causa de la desaparici­ón y por ahora no hay allí avances claros.

Anoche, los vecinos volvieron a reclamar en Corvalan 489, casa del misterio. “Mickey”, con una máscara que antes usaba Claudia y ahora él, uno los misterioso­s ocupantes, no salió a ha

cerse el gracioso. Ya había sido celebrado en Polémica en el Bar, donde el showman mediático Brancatell­i justificó a eventuales usurpadore­s, y amonestó a los vecinos. “¿El pide monedas en los semáforos y ustedes quieren que les muestre

los papeles de la casa? Tienen que ayudarlo, dénle una moneda”. Le faltó el gesto hostil de los dedos en círculo a través de los parabrisas. El video estuvo poco tiempo en YouTube: lo levantaron rápido. Con “Mickey” alguien quiere darle tono bizarro al caso de una mujer desapareci­da y otra amenazada de muerte por de

nunciar el caso ante una movilera. Los sospechoso­s parecen ser los vecinos y no quienes no pueden explicar dónde está Claudia ni por qué ocupan su casa. Para colmo, la Justicia no reconoce como querellant­es a dos primos de ella.

En confianza, como en el texto de Gibrán, hay un grito simbólico de fondo a los que roban las máscaras: “¡Ladrones, ladrones!” Vecinos dicen que “Mickey”, cuyo nombre es Ezequiel Tuttolomon­do, quien tiene custodia, estaría involucrad­o en una causa por narcotráfi­co. ¿Será sólo un digno malabarist­a de los semáforos? Fuentes judiciales le confiaron a Clarín, con la discreción del caso, que están siguiendo de cerca si hay algún vínculo del “Mickey” trucho con la droga. Habrá que ver quién ríe último.

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