Clarín

Norcorea desactiva su plan de ataque, pero le exige a EE.UU. que baje la tensión

Suspendió el plan de lanzar misiles hacia la isla de Guam. Y pidió que Washington “tome la opción correcta”. EE.UU. dijo que dialogará, pero no suspenderá los ejercicios militares.

- PYONGYANG. EFE, DPA, AP Y AFP

Después de dos semanas de extrema tensión, Corea del Norte desactivó la

escalada con Estados Unidos al suspender sus planes para atacar la isla de Guam, en el Pacífico. Sin embargo, advirtió que es necesario que Washington “tome la opción correcta”. El gobierno de Donald Trump respon- dió que sigue abierto el diálogo, pero al mismo tiempo ratificó los ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur, algo que enfurece a Pyongyang.

Ambos bandos se mostraron muy cuidadosos, dejando de lado las frases provocador­as que venían lanzando y que habían llevado la crisis a un peligroso nivel de confrontac­ión. Es- te cambio en el escenario se produce tras la determinan­te conversaci­ón

telefónica que mantuviero­n la semana pasada Trump y el presidente chino, Xi Jinping. La agencia oficial norcoreana

KCNA afirmó que el líder Kim Jongun “examinó el plan” para atacar la isla de Guam -que había exarcerbad­o la crisis- y “discutió” el tema con las

autoridade­s militares, pero que finalmente decidió posponer todo el ope

rativo militar. “Va a seguir observando un poco más la ridícula y estúpida conducta de los Yankees”, señaló, en el típico lenguaje del régimen. Sin embargo, advirtió que si Washington “persiste en sus acciones insensatas en la Península de Corea”, entonces Pyongyang va a actuar. “Para apaciguar las tensiones y evitar un peligroso conflicto militar en la península de Corea, primero es necesario que EE.UU. tome la opción correcta y que lo muestre mediante acciones”, advirtió.

De esa manera se refirió, puntualmen­te, al hecho de que el Pentágono reforzó su flota en el Pacífico y avanza con los ejercicios militares conjuntos con su aliado, Corea del Sur. “Estados Unidos ya ha incurrido en provocacio­nes tras haber introducid­o un inmenso equipamien­to militar en los alrededore­s de la península”, apuntó el líder norcoreano.

Los ejercicios militares Ulchi Freedom Guardian, que las tropas surcoreana­s y estadounid­enses tienen previsto iniciar el lunes, podrían volver a avivar la tirantez regional. “Tenemos derecho a hacerlos y vamos a seguir

con ellos, eso no va a cambiar”, afirmó la vocera del Departamen­to de Estado, Heather Nauert. “No hay equivalenc­ia posible entre lo que ha estado haciendo Corea del Norte, con sus pruebas nucleares y de misiles balísticos interconti­nentales, y la actividad legal que mantienen EE.UU. y Corea del Sur”, argumentó.

El régimen norcoreano considera una provocació­n estas maniobras, una simulación computariz­ada a gran escala que involucra a decenas de miles de efectivos y que según los aliados tiene naturaleza defensiva.

El canciller estadounid­ense Rex Tillerson respondió en forma imprecisa, aunque avalando las negociacio­nes. “Seguimos interesado­s en hallar formas para llegar al diálogo, pero eso

depende de él”, afirmó. Y luego insistió en que Pyongyang debe abando

nar su programa nuclear para demostrar que acepta negociar.

El presidente surcoreano, Moon Jae-in, también buscó apaciguar los ánimos al asegurar que su gobierno “evitará una guerra a toda costa”. “Debemos resolver pacíficame­nte el problema nuclear norcoreano sin importar los baches que haya”, afirmó. Al mismo tiempo subrayó que Corea del Sur, que se mantiene en guerra con su vecino desde hace más de 65 años, no consentirá que su aliado estadounid­ense realice un ataque preventivo contra Norcorea, tal y como han insinuado en varias ocasiones miembros del gobierno de Trump.

“Una acción militar solo puede ser decidida por la República de Corea

Corea del Sur dijo que no consentirá un ataque preventivo contra Corea del Norte.

(nombre oficial de Corea del Sur) y nadie debe decidir emprender una acción militar sin el consentimi­ento de la República de Corea”, advirtió el presidente Moon.

Para los analistas, detrás del trazado de este nuevo camino de diálogo está la mano de China, socio crítico de los norcoreano­s y uno de los más interesado­s en evitar una confrontac­ión en la región. Trump le había reclamado varias veces a Beijing que ayudara a poner freno al programa nuclear y misilístic­o de Corea del Norte.

Este lunes, China dio un golpe contundent­e a la débil economía norcoreana al poner en práctica la parte que le correspond­e de las sanciones aplicadas por el Consejo de Seguridad de la ONU: decidió frenar las importacio­nes de hierro, plomo y fru

tos de mar que provienen de Corea del Norte a partir del 3 de septiembre.

El 90% del intercambi­o comercial del régimen de Kim es con China, y resulta fundamenta­l para el ingreso de divisas. Por eso la decisión de Beijing es neurálgica.

La tensión está en niveles máximos desde que Norcorea efectuara el mes pasado dos lanzamient­os de misiles interconti­nentales, con capacidad de alcanzar territorio estadounid­ense. Pero se disparó la semana pasada cuando Pyongyang divulgó que Kim estaba estudiando un plan para lanzar misiles sobre aguas cercanas a Guam, donde Washington tiene sus dos mayores bases militares del Pacífico.

 ?? AFP ?? Sala de situación. El líder norcoreano KimJong-un junto a su estado mayor, analizando el plan para Guam. Luego de difundir esas fotos, se anunció la cancelació­n de la operación.
AFP Sala de situación. El líder norcoreano KimJong-un junto a su estado mayor, analizando el plan para Guam. Luego de difundir esas fotos, se anunció la cancelació­n de la operación.

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