Anuncian un plan de privatizaciones por US$ 30.000 millones en Brasil
Hasta fines de 2018, prevén vender plantas hidroeléctricas, yacimientos de petróleo y aeropuertos.
La reforma jubilatoria que propone el gobierno es uno de los pilares para reducir el rojo fical.
Un plan de privatizaciones por 30.000 millones de dólares hasta fines de 2018 deber ser anunciado esta semana por Brasil. El presidente Michel Temer y su ministro Henrique Meirelles tratan, con estos recursos, financiar un déficit fiscal que este año
llega a 50.000 millones de dólares, según anunciaron anoche. La apuesta es vender plantas hidroeléctricas, aeropuertos y yacimientos petrolíferos.
De acuerdo con el site “Poder 360”, para concretar estos “desprendimientos” de activos del Estado brasileño van a ser precisos cambios en las le
yes de las estatales. Y requerirá, además, reformar las regulaciones porque para el capital privado, así como están no despiertan atractivo en las concesiones, “especialmente para el capital privado extranjero”. Y hay rubros, como los aeropuertos, que se han tornado poco apetecibles, al punto que algunas empresas devolvieron las concesiones: es el caso de Viracopos, una terminal aérea de Campinas (a 90 kilómetros de San Pablo).
El ministro Meirelles informó, ayer a la tarde, que el déficit del gobierno ya supera los 51.000 millones de dólares, cuando para este año se había programado un techo de 44.800 millones. De acuerdo con el funcionario, el quiebre de esa meta se debió a que se dejaron de recaudar más de 6.000 millones de dólares, en gran parte porque el repunte de la economía no ocurrió como se había previsto en el presupuesto original. La reanudación de la crisis política, con un nuevo estallido en mayo –cuando las delaciones del dueño del frigorífico JBS, Joesley Batista, pusieron en peligro la continuidad del jefe de Estado- fue otro de los factores que contribuyeron a agrandar el agujero fiscal. No deja de ser curioso que el défi- cit sea igual para el próximo año, cuando en verdad debía haber declinado a 41.000 millones de dólares, en vez de aumentar a 51.000 millones.
Otro de los argumentos utilizados por Meirelles es la caída del nivel de la inflación que este año estará entre 2,5 y 3%. Según el ministro, aun cuando la menor inflación sea buena para la sociedad “es mala para la recaudación”. Y agregó: “Esta es la primera vez que revisamos la meta fiscal”, aunque no podría ser de otro modo ya que apenas llevan poco más de un año de gobierno. “Esto ocurrió no por un aumento de los gastos sino por menos recaudación debido a que la inflación es menor a la que nos habíamos puesto como objetivo”. Concluyó con que “ese fenómeno es bue- no para estabilizar las expectativas de precios, pero es malo para lo que se recoge de impuestos”.
Hay dos pilares que el ministro destaca como elementos para conseguir un déficit menor. Uno es que se concrete la reforma jubilatoria, que está en trámite. En este terreno, se afirma que será difícil para el gobierno lograr una modificación completa del sistema previsional, como aspirarían conseguir Temer y su ministro de Hacienda. Dicen que como mucho podrán obtener una suba de la edad para acceder a la jubilación a 65 años (en la actualidad es 62). Meirelles garantizó que el gobierno está en un nivel mínimo de gastos. Eso es cierto: las Fuerzas Armadas, por ejemplo, están con el agua al nivel del cuello y les puede rápidamente llegar a la boca. Según el general Eduardo Villas Boas, comandante en Jefe del Ejército, los recursos que les transfie- ren alcanzan apenas para solventar salarios y necesidades muy básicas.
No todos los sectores, sin embargo, se han visto perjudicados. En apenas dos meses, el gobierno concedió a los diputados -especialmente los afines- recursos por más de 1.200 millones de dólares a través de las enmiendas parlamentarias. Son las transferencias que se realizan a cada diputado para que haga obras en su distrito electoral. Solo que esta vez ese mecanismo fue utilizado como arma de negociación para “comprar voluntades” durante el juicio que la Cámara de Diputados entabló contra Temer, a pedido de la Corte Suprema, y que saldó a favor del jefe de Estado.
El otro factor que tendrá peso en una futura reducción del déficit es la recaudación que el gobierno de Temer pueda conseguir con la venta de bloques petroleros al capital priva
do. Meirelles mantuvo una reunión con el titular de Petrobras Pedro Parente, a quien pidió “que agilice el asunto”. El ministro descartó un aumento de impuestos, como se había elucubrado días atrás cuando se proyectó una suba de la alícuota de ganancias, lo que provocó casi “una revolución” en el sector empresarial.