Clarín

Un remisero intentó defender a una pasajera de un asalto y lo mataron a tiros

Hugo Castro tenía 64 años, 2 nietos y un pasado en Prefectura. Llevaba a una pasajera que iba con 140.000 pesos en un bolso y les cruzaron una camioneta. Sacó su arma e hirió a un ladrón.

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Hacía 17 años que Hugo Castro (64) trabajaba como remisero en una agencia que quedaba justo a la vuelta de su casa. Desde ahí, el lunes a la mañana, partió en lo que sería su último viaje: lo mataron en un asalto, cuando intentó defender de una banda de ladrones a una pasajera que llevaba 140.000 pesos. El hombre, que vivía en Avellane- da junto a su pareja, tenía un pasado como agente de Prefectura Naval, pero se había retirado hacía décadas. Quienes lo conocieron recuerdan que llevaba su revólver calibre 32 cada vez que salía a trabajar: decía que estaba más que dispuesto a defenderse ante un asalto. De hecho, eso hizo el lunes, poco antes del mediodía.

Todo empezó alrededor de las 11.30 cuando Andrea Ferreyra (48) llamó a la agencia “El Torreón” para pedir un auto que la llevara desde su casa de Lanús hasta una dirección en Gerli. La operadora lo designó a Hugo, que la pasó a buscar en su Fiat Siena blanco. Emprendier­on el viaje y, cuando estaban en la esquina de Santiago del Estero con Tuyutí ( también en Lanús), los sorprendie­ron: una banda

intentó cruzarles una camioneta Renault Kangoo gris en el camino. Los testigos vieron el movimiento extraño y enseguida tuvieron que esconderse porque empezaron los tiros.

Miguel, un vecino de la cuadra que fue testigo del robo y contó a TN: “Vi que el Siena venía tratando de esquivar a la Kangoo, porque la camioneta se le tiraba encima. La calle estaba llena de autos y de gente. Se ve que en un momento el remisero quiso tomar Tuyutí de contramano para escapar y no pudo por el tránsito. Ahí se bajó uno de la camioneta, rompió el vidrio trasero del lado del acompañant­e y le robó a la mujer. Ahí el chofer empezó a disparar y el ladrón respondió. Pero quedó herido se metió de nuevo en la Kangoo y todos se escaparon con las cosas de la mujer. El remisero cayó al piso, porque el tipo le pegó dos balazos”.

Lo que ocurrió fue que, cuando vio que su pasajera estaba en riesgo, Hugo sacó su revólver calibre 32 y cruzó al menos diez disparos con el asaltante, que igual logró robar los 140.000

pesos. Dos tiros le dieron al chofer en el abdomen y uno a la mujer, en la pierna derecha. Los vecinos lo asistieron en el medio de la calle cuando cayó herido y hasta le pusieron una almohada en el pavimento “para que estuviera más cómodo”, contaron.

La ambulancia nunca llegó y lo llevaron al Hospital Evita en un patrullero. “A mi papá lo operaron. Le sacaron la mitad del hígado y parte del intestino. Pero había perdido mucha sangre mientras la ambulancia no lle- gaba. Pudimos verlo con mi prima y mi abuela -su mamá-, pero falleció dos horas después”, detalló a Clarín Alejandra, la hija mayor de la víctima fatal.

Hugo, de 64 años, tenía dos hijos y una nieta de seis años que ayer recibieron la peor noticia. “Era un hombre de familia, toda la vida había trabajado en la calle como encargado de compras de una aceitera y como remisero. Conocía cada rincón de Capital y del Conurbano. Yo sabía que

él podía llegar a hacer algo así si in

tentaban robarle, que se podría defender. Estaba preocupado porque, por mi trabajo, a veces estoy en zonas complicada­s, siempre me pedía que me cuidara”, contó Alejandra.

La mujer recordó: “Mi papá amaba viajar, conocer lugares nuevos. Siempre me voy a acordar cuando me llevaba al puerto, me mostraba los barcos en los que viajaba cuando era joven. Era un hombre familiero, tenía debilidad por mi hija, su nieta”.

Para los investigad­ores, el remisero no sabía que la pasajera trasladaba

esa cantidad de dinero, pero creen que los ladrones sí y que alguien les entregó el dato.

Andrea Ferreyra también resultó herida en el tiroteo: la balearon en el muslo derecho y ayer permanecía internada, aunque fuera de peligro. También es de Gerli y trabaja para la empresa “Monique Arnold”, que comerciali­za cosméticos por cartilla. Sus revendedor­as le entregan el dinero de las ventas y después ella -que tiene un cargo de gerente- le paga al distribuid­or regional. En ese camino se encontraba el lunes a la mañana cuando ocurrió el asalto.

A través de las imágenes de las cámaras de seguridad, y por el testimonio de los testigos del asalto, los investigad­ores pudieron detectar que los asaltantes escaparon hacia Capital Federal. Horas después del crimen, un hombre de 39 años se presentó en el Hospital Penna, de Parque Patricios, con una roce de bala en la frente y otra herida en el hombro. Dijo que había sufrido un asalto.

“Lo atendieron y quedó bajo custodia policial. Su casa queda en Lanús, a 15 cuadras del lugar del asalto, y él tiene antecedent­es por robo. Fuimos a su dirección y había una Kangoo gris estacionad­a en la puerta. El fiscal dio la orden de allanamien­to y la registramo­s: tenía manchas y un pañuelo con sangre adentro”, detallaron fuentes policiales a Clarín.

Ahora los investigad­ores buscan a sus cómplices: uno manejaba la Kangoo y al menos hubo otro que pasó los datos para dar el golpe.

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Víctima. La hija mayor de Hugo Castro le contó a Clarín que a su papá le encantaba “viajar y conocer lugares nuevos”, como en esta foto.

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