Crimen de Anahí: el nuevo sospechoso se negó a declarar y crece el misterio
En manos de su hijo apareció el teléfono de la adolescente asesinada. No explicó cómo lo obtuvo.
¿Dónde obtuvo el teléfono celular? ¿Por qué estaba pintada la carcasa? ¿Conoce al otro detenido, Marcos Bazán? Sobre esos tres ejes estaba prevista la indagatoria a Marcelo Gabriel Villalba (40), el hombre que tenía en su poder el teléfono celular de Anahí Benítez (16) y que ayer se negó a declarar en los Tribunales de Lomas de Zamora. Por eso, quedó formalmente detenido bajo la figura de “encubrimiento agravado” y seguirá siendo investigado.
Hoy, a dos semanas de la aparición del cuerpo de Anahí en la reserva Santa Catalina, en Lomas de Zamora, son dos las personas investiga
das. Además de Villalba, el otro detenido es Bazán, que ayer volvió a denunciar al personal policial que lo está custodiando y fue trasladado desde la DDI de Avellaneda-Lanús hasta la Alcaidía de Lomas de Zamora. Según su abogado, está “quebrado psicológicamente” y hoy pedirá atención médica para su defendido.
Antes de negarse a declarar, Villalba fue revisado por peritos oficiales porque su ex mujer había dicho que tenía problemas psiquiátricos y psi
cológicos. Sin embargo, los especialistas que lo revisaron determinaron que el sospechoso estaba en condiciones de prestar declaración. A la hora de las preguntas de las fiscales Verónica Pérez y Fabiola Juanatey, el acusado siguió el consejo del defensor oficial y se negó a declarar.
Lo que se sabe hasta ahora es lo que le dijo a los policias cuando fue
aprehendido. Explicó que había encontrado el teléfono celular en un terreno baldío que está al lado de su casa, a unas 30 cuadras de donde vi
vía Anahí, y que se lo había regalado a su hijo, de 17 años. Cuando el adolescente encendió el teléfono, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) dio un aviso y activó los allanamientos que terminaron con la detención de Villalba.
La aparición del teléfono de Anahí -que nunca había sido encontrado-reactiva la causa en dos direcciones. Por un lado, de manera directa, porque aparece otro sospechoso. Se está investigando, por ejemplo, si los dos detenidos se conocían entre sí. Pero por otro lado a partir del hallazgo del teléfono se puede reconstruir también los últimos días de Anahí, sus mensajes, sus comunicaciones, la localización y su actividad en las redes sociales.
Por eso, además de declaración de Villalba, las fiscales pidieron al juez de Garantías Sebastián Monelos que
ordene la apertura del celular de Anahí para que los peritos informá
ticos comiencen a analizar su contenido, según fuentes judiciales.
En una primera revisión, llamó la atención que el teléfono tuviera la carcasa pintada. Según relataron los vecinos, en el baldío en que apareció el celular suelen aparecer objetos “sospechosos”, como partes de automóviles o documentos que son descartados.
Anahí Benítez fue vista por última vez el sábado 29 de julio. Al viernes siguiente, apareció su cuerpo enterrado sin ropa en la Reserva Santa Catalina, en Lomas de Zamora. Según la autopsia, murió por asfixia y no había signos de abuso sexual. Al otro día fue detenido un profesor de matemática, pero fue liberado tres días después. El otro detenido es Marcos Bazán, un hombre que vive a unos 300 metros de donde apareció el cuerpo. Está detenido desde el 6 de agosto y en su casa se encontraron manchas de sangre y ropa de mujer. Sus amigos dicen que es un “perejil” y hoy a las 17 horas marcharán en Lomas para pedirán por su liberación.