La sombra de Roberto Arlt para un actor múltiple
Estrena el unipersonal “Escritor fracasado”, sobre un texto de Arlt. Lo dirige Marilú Marini, que debuta en ese rol.
Mientras estudiaba los textos de Roberto Arlt para interpretar a Erdosain en la versión de Los siete locos y Los Lanzallamas que dirigió Fernando Spiner en la Televisión Pública, Diego Velázquez conoció un relato que le llamó la atención: Escritor fracasado. “Fue un flechazo en varios sentidos -dice-. Existe algo predictivo en Arlt, porque fue capaz de habitar su época y ver lo que iba a pasar. En ese texto, escrito en la década del treinta, describe un mundillo del arte muy similar al actual. Es la historia de un escritor que no le importa lo que tenga para decir, sino seguir perteneciendo al ambiente que lo construyó. Puedo hacer un paralelo con personas que conozco: un escritor, un actor, un artista plástico; casos donde la obra es una excusa para mostrar lo inteligente que son y no mucho más”.
Tanto lo impactó este relato que armó una adaptación para teatro y lo presentó al San Martín apenas tuvo la confirmación de su directora, Marilú Marini. “No la conocía personalmente, pero le mandé la versión por una amiga en común, Oria Puppo. A Marilú le daba un vértigo lindo asumir la dirección, porque hasta ahora nunca lo había hecho. Tiene una vitalidad arrolladora, llegó al primer ensayo con un montón de ideas ”. El San Martín no programó el espectáculo, pero el unipersonal integra la temporada del Cervantes y debuta mañana en la sala Luisa Vehil.
“Marilú viene de la danza, los dos compartimos eso con la actuación, por eso nos entendimos muy bien durante las seis semanas de ensayos. Por otro lado, buscaba para este unipersonal una dirección que me pueda ayudar y comprenda la actuación, no a un director puestista que es lo que más encontrás en Buenos Aires. En ese sentido, con ellacongeniamos enseguida. Marilú, por ejemplo, para modificar una escena no me daba un speach sobre la psicología del personaje, me señalaba algo más vinculado a lo musical, a variar ritmos y formas de estar en escena. Eso fue clave porque la obra es muy a público, estoy a bordo del stand up.” ¿De qué modo interpela al espectador Velázquez en este unipersonal? El actor señala pistas claras: “Quiero que se conozca un texto que habla de la mediocridad en el arte. Hay muchos escritores o funcionarios que circulan y se hacen la paja en el arte porque lo que generan es para ellos, no para compartir o comunicar algo.”
Nacido en Mar del Plata, Diego Velázquez vino en el ‘96 a Buenos Aires. No se propuso ser actor, sino Eso me permitió hacer a la mañana actuación en la Escuela Municipal de Arte Dramático y ensayar algo a la noche. En Mar del Plata nunca actué. Al vivir allá, durante las temporadas de verano, no veía nada del teatro que llegaba porque trabajaba todo el día en la playa y a la noche lo único que quería era descansar.”
Apenas se ubicó en Buenos Aires se anotó en la Escuela de Cine de Avellaneda y no le cerró la experiencia. “Pensé que podían pasar veinte años hasta que pueda hacer una película y tenía la necesidad de poner el cuerpo. En la adolescencia hacía esta cadena de pensamiento: Para ser el protagonista hay que ser lindo, para ser malo, hay que ser buen actor. Entonces por ahí puedo conseguir algo como amigo del protagonista”. Finalmente la práctica decantó y se convirtió en un actor notable. “Soy una mezcla de actor y bailarín”, define. En ese cruce, además, de Arlt, prepara la obra Hemos abandonado nuestra carrera de campeones, con la coreógrafa Eugenia Estévez que estrenará en octubre. estudiar cine. La actuación fue una estrategia para asumir algún rol dentro de una película. “Llegué y trabajé como mozo a la tarde en el buffet de la Facultad de Derecho.