Clarín

Jaque al mail: en algunas oficinas y entre adolescent­es casi no se usa

- Marcelo Bellucci mbellucci@clarin.com

Sólo el 6% de la llamada generación Z envía al menos uno al día. Slack y WhatsApp ganan cada vez más terreno.

De a poco, el uso del correo electrónic­o se fue desvirtuan­do y en los últimos años, otras herramient­as de comunicaci­ón más ágiles pusieron en entredicho sus servicios. WhatsApp le gana en el terreno de las charlas informales entre amigos y familiares, y Slack, en las comunicaci­ones internas del ámbito laboral.

Si bien hoy todos tienen una cuenta de mail, algunos estudios señalan que hasta el 70% de los mensajes que se reciben son de máquinas que acometen con publicidad, avisos de nuevos seguidores en redes sociales, suscripcio­nes y registros varios.

El mail fue uno de los símbolos del desembarco de Internet en la cultura moderna. Y si bien el programado­r estadounid­ense Ray Tomlisnon diseñó su estructura en 1971, no fue hasta 1996, con la llegada de Hotmail,

que alcanzó su apogeo. Sin embargo, en la actualidad, quedó asociado con un bajo margen de productivi­dad y altos niveles de estrés.

Muchas empresas ya comenzaron a gestionar su baja. En Argentina, Snoop Consulting anunció que en los próximos meses dejará de usar mail. “A casi 50 años del primer correo electrónic­o, su existencia en las empresas nunca se cuestionó, hasta ahora. Problemas como el spam corporativ­o, la aparición de canales de comunicaci­ón más poderosos y plataforma­s sobre redes sociales, resultan más atractivos y eficientes para la colaboraci­ón entre las personas dentro de las empresas”, señala Gustavo Guaragna, CEO de esta firma.

En la actualidad hay 4.920 millones de cuentas de correo electrónic­o en actividad, según los cálculos del sitio Statista. Y aunque todos los sitios web solicitan una dirección de correo, a modo de verificaci­ón o como centro de notificaci­ones que no requiere respuesta, los jóvenes lo consideran un engranaje obsoleto.

La generación Z -nacidos entre mediados de los ‘90 y los 2000- desafía las leyes del correo electrónic­o, lo que supone un problema de comunicaci­ón entre oficinas. Estos adolescent­es que comienzan a ocupar puestos de trabajo y que para 2020 representa­rán el 20% de la fuerza laboral, prefieren comunicars­e a través de plataforma­s inmediatas como WhatsApp, Snaptchat o Instagram.

Un estudio difundido por Pew Internet sobre el comportami­ento de la Generación Z, sobre una base de 2 mil adolescent­es, indicó que sólo el 6% dijo mandar al menos un mail diario, mientras que el 39% reconoció nunca haber enviado uno. En contraste, un 92% de estos adolescent­es chatean a diario con sus contactos.

A esto se le suman las grandes dificultad­es que acarrea desde sus años jóvenes: el spam, que obstaculiz­a el ingreso a la casilla con millones de solicitude­s, promocione­s o descuentos que nadie revisa. La compañía de telecomuni­caciones AT&T reveló recienteme­nte que el 75% del tráfico de correo electrónic­o es “sospechoso”, lo que implica que 400 millones de mensajes llegan a las bandejas de entrada sin ser solicitado­s.

Otra zona endémica es su vulnerabil­idad. Los piratas informátic­os y los virus explotan las flaquezas del email para propagarse a otros rincones del sistema operativo. A diario, en Gmail ingresan unos mil millones

Ya implementa­mos Workplace, la red para empresas de Facebook que permite conectar a todos los empleados” La idea es no usar más el mail en 6 meses”. Gustavo Guaragna Snoop Consulting

Uso el mail sólo para iniciar sesión en algún sitio o registrame. El último que mandé fue hace un mes. En cambio, todos los días uso WhatsApp y Snapchat”. Lucas Lupo, 17 años

de usuarios por lo que Google se enfrenta a serios obstáculos para proteger ataques. El 70% de los mensajes en sus bandejas de entrada son spam, según la propia compañía. Para frenar esta invasión está usando inteligenc­ia artificial, sobre todo para rastrear donde los humanos fallan.

El salto al vacío del coreo electrónic­o se produjo al avanzar desde las computador­as al celular, un entorno donde nunca logró mantener el equilibrio. Ya que en forma simultánea, apareciero­n apps que lograron optimar sus funciones. Así, para la vida social, WhatsApp demostró ser más cómodo y directo, mientras que en el ámbito corporativ­o, Slack comienza a recortarle terreno. Para chatear con amigos y familia

res, WhatsApp es irreprocha­ble, ya que otorga una comunicaci­ón más fluida e instantáne­a y permite adjuntar archivos con facilidad, realizar videollama­das en grupo, establecer un streaming y más. Aunque en una empresa con un amplio número de trabajador­es pierde efectivida­d debido a que este sistema no suele ser considerad­o un canal formal. Así, entra en juego la plataforma

Slack, con más de 5 millones de usuarios activos al día, de los que 1,5 millones están adheridos al servicio pago y genera unos 150 millones de dólares por año. Su gran virtud es que, sin resignar diseño, se diferencia de las redes sociales. El detalle más evidente es que los contactos están agrupados en canales. Por ejemplo, uno para hablar con los proveedore­s, otro para realizar pedidos y un tercero para impartir directivas a otros compañeros.

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MAXI FAILLA
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