Clarín

Los 50 de la Franja: los muchachos siguen soñando con el poder

Semillero. El brazo estudianti­l de la UCR nació para resistir una dictadura. Formó a generacion­es de políticos. Gobernador­es y referentes vienen de Franja Morada.

- Marcelo Helfgot mhelfgot@clarin.com

Un proverbio político aún no desmentido asegura que “la Universida­d es al radicalism­o lo que los sindica

tos al peronismo”. En vistas de la cantidad de cuadros forjados en Franja Morada que los socios del Gobierno exhiben en primera línea, el semillero de la UCR parece hoy en día más aceitado que el del PJ.

A medio siglo de su nacimiento, que es recordado por estas horas con una cabalgata de festejos, el brazo estudianti­l del partido de Alem cuenta en el muestrario de “egresados” a los gobernador­es Gerardo Morales (Jujuy), Alfredo Cornejo (Mendoza) y Ricardo Colombi (Corrientes) -los únicos tres de militancia radical-, así como a los jefes parlamenta­rios, Mario Negri y Angel Rozas, más el del Comi-

Captó el espíritu juvenil de cada época. Pasó de la “Patria liberada” al negocio de la fotocopia.

té Nacional, José Corral. Esa cantera universita­ria nutre también a otras fuerzas, desde el kirchneris­mo, como Leopoldo Moreau y su ex yerno Leandro Santoro -candidatos de Unidad Ciudadana en octubre-, a fuerzas provincial­es como el Frente Cívico Santiagueñ­o (el senador Gerardo Zamora) y el Frente de

la Concordia misionero (el gobernador Hugo Passalacqu­a y buena parte de su dirigencia). El PRO sumó a sus huestes a algún que otro franjista aportado por Daniel Angelici y en el

Poder Ejecutivo, aunque no abundan, también hay botones de muestra, como Adrián Pérez, en Interior, y Gerardo Milman, en Seguridad, sin olvidar al embajador en Colombia, Marcelo Stubrin, y el auditor Jesús Rodríguez.

Las listas para octubre están pobladas de candidatos made in Franja. Entre ellos el tucumano José Cano, de Cambiemos; el porteño Facundo Suárez Lastra, de Vamos Juntos, y la pe-

riodista Débora Pérez Volpín, que acompaña a Martín Lousteau.

“Sobrevivió a persecucio­nes, dictaduras, purgas, defeccione­s, presio

nes, alianzas y rupturas”, describe las peripecias de la agrupación la periodista Mónica Beltrán en el libro La Franja. Allí documenta que en agosto de 1967 surgió la Unión Nacional Reformista Franja Morada de un acuerdo tejido en Rosario por “ligas” estudianti­les de ideas anarquista­s, socialista­s y radicales que tenían en co- mún la defensa de los principios de la Reforma Universita­ria ( autonomía y

cogobierno) frente a la intervenci­ón de las universida­des perpetrada por el régimen del general Onganía. Se habían inspirado en el color de los

listones clericales que enarbolaro­n los fundadores de la Reforma, cuando se rebelaron en Córdoba al poder educativo de los jesuitas en 1918. A finales de 1968 nace la Junta Co

ordinadora en el mítico encuentro de Laguna Setúbal y los jóvenes radi-

cales lanzan un exitoso operativo de copamiento de la Franja. El santafesin­o Luis “Changui” Cáceres, que jugaba de local, trazaría las nuevas bases ideológica­s, atento a una era de utopías revolucion­arios. Escribe el documento “La contradicc­ión fun

damental” y la prédica en las aulas pasa a ser pueblo-antipueblo.

Es lo que recitaban Federico Storani, Enrique Nosiglia, los hermanos Stubrin, Ricardo Laferriere, Moreau, Suárez Lastra y otros tantos jóvenes, hasta que se toparon con Raúl Alfonsín y bajaron las consignas a tierra para apostar a la toma del poder real, que compartirí­an en 1983. De “Franja Morada, la Patria liberada”, a “somos la vida, somos la paz”.

Storani se convirtió en 1973 en el primer presidente de la Federación Universita­ria Argentina de origen radical. La central estudianti­l no dejaría de estar en manos de Franja Morada: 44 años después la FUA es manejada por primera vez por una mu

jer, la bonaerense Josefina Mendoza, quien podría ser desde octubre la diputada electa más joven.

Los popes actuales de la Franja preparan un festejo a todo trapo mañana, en La Plata, junto a referentes de

todas las generacion­es. Como aperitivo, Storani ofició ayer de maestro de ceremonia en la entrega de la distinción Domingo Sarmiento por parte del Senado. Compartió escenario con Morales, la tucumana Silvia Elías -promotora del galardón- y Santiago Rosenzvaig, jefe de la agrupación.

El ex ministro del Interior no lo dijo allí, pero está preparándo­se para abandonar los cuarteles de invierno y volver al ruedo para lanzarse la conducción del partido, en diciembre. Negri, otro ex franjista, pinta como rival. Lo que sí reveló Fredi fue que según un estudio, en el mundo no existe otra agrupación estudianti­l de tan larga permanenci­a.

Lo escuchaban Rozas, Cano, Luis Naidenoff, Roy Nikisch, Miguel Bazze, Alejandro Echegaray, Ricardo Campero, María Luisa Storani y unos cuantos nostálgico­s más de sus correrías por esa línea estudianti­l.

Los oradores enfatizaro­n en el concepto de militancia para explicar tamaña vigencia. Otra interpreta­ción posible es que Franja Morada supo captar el espíritu juvenil de cada época. Por eso habrá sido que saltó de la épica revolucion­aria (con el límite de la violencia armada) al negocio de las fotocopias, sin fisuras.

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GUILLERMO ADAMI Festejo. Morales recibe el galardón del Senado, con Storani, la senadora Elías y Rosenzvaig.

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