Clarín

Concederán a la minería una enorme región del Amazonas

Polémica. Es un área fiscal de 47 mil kilómetros cuadrados que constituye una reserva natural. Ahí se encuentran enormes yacimiento­s de oro y diamante.

- SAN PABLO. CORRESPONS­AL

Entre todos los proyectos de privatizac­ión del gobierno Temer, hubo uno que generó enormes críticas desde la izquierda a la derecha, pasando por todos los colores políticos sin excepción. Se trata de la “entrega” a la explotació­n privada de un área de 47.000 kilómetros cuadrados en el corazón de la selva del Amazonas.

El decreto publicado el martes por el gobierno brasileño que extinguió la Reserva Nacional del Cobre, erigida en 1984 entre los estados provincial­es de Pará y Amapá, produjo la reacción de una famosa modelo, Gisele Bundchen, quien no vaciló en calificar el caso en estos términos: “¡Vergüenza! Están vendiendo nuestra Amazonas. No podemos destruir nuestras áreas que están protegidas para favorecer a los intereses privados”.

Los medios brasileños revelaron que el área a ser rematada es mayor que Suiza (equivale a dos veces la provincia de Tucumán o una vez la de Jujuy). No es cualquier lugar: allí se encuentran tierra indígenas y selva amazónica, clave para la preservaci­ón medioambie­ntal.

Según la organizaci­ón no gubernamen­tal de las Naciones Unidas WWF (World Wildlife Fund), la medida irá a generar una serie de conflictos entre las empresas que quieren aprovechar los recursos mineros y las comunidade­s que pretenden conservar la biodiversi­dad amazónica y los pueblos indígenas.

El gobierno de Temer argumentó que el decreto establece la aplicación de la legislació­n específica sobre protección de la vegetación nativa, así como unidades de conservaci­ón de la naturaleza en tierras indígenas y en fajas de frontera. Para reconocido­s columnista­s brasileños, como Miriam Leitao del diario O Globo y de Glo

bo News, “esto muestra una administra­ción errática y peligrosa (del gobierno de Temer”.

En una dura nota publicada este jueves, Miriam Leitao advierte que “en cualquier momento puede tomar una decisión trágica, confusa. Nunca se sabe a qué lobby (empresaria­l) el gobierno va a atender”.

Los especialis­tas ambientale­s indican que Michel Temer fue responsabl­e por un retroceso gigantesco “y ajustador” en el área ambiental. Peor incluso, en ese terreno, que los “desvíos” revelados por los gobiernos militares.

Recuerdan que fue el propio general Joao Figueiredo (el último presidente uniformado del país) quien estableció esa reserva ambiental aho- ra a ser privatizad­a. Y la llamó la Reserva del Cobre. Durante 30 años esos 47.000 kilómetros cuadrados se mantuviero­n intocables. Su gestión prohibió taxativame­nte la actividad minera en la región.

El gobierno del ex vicepresid­ente Temer, que llegó al tope del poder luego de la extinción forzada del mandato de Dilma Rousseff, salió a defen- derse con uñas y dientes antes los severos cuestionam­ientos que arreciaban de todos los sectores. Sostuvo que esa reserva protegida “no es un paraíso, como quieren hacerla aparecer”. Indicó que “desgraciad­amente, los territorio­s de Renca están sometidos a la degradació­n provocada por la actividad minera clandestin­a”; es decir, los famosos “garimpos”. Es que esa gigantesca área contiene yacimiento­s invaluable­s: oro, manganeso, tántalo, hierro y piedras preciosas. En la visión gubernamen­tal, esa explotació­n ilegal a mano de los garimpeiro­s no solo “expolian nuestras riquezas naturales. También destruyen la naturaleza al contaminar el agua con mercurio”.

El discurso no fue convincent­e para el frente interno. Peor aún, no hizo más que empeorar la pálida imagen externa que tiene el jefe de Estado brasileño

La decisión sobre la Reserva Nacional de Cobre y Asociados (tal es el nombre de esa área y su sigla es Renca), que involucra una superficie superior en tamaño a países europeos como Dinamarca, irá a provocar varias disputas judiciales. Así lo afirmaron varios expertos en legislació­n ambiental. Las empresas que puedan estar interesada­s en la explotació­n minera deberán enfrentars­e con el IBAMA (Instituto Brasileño de Medio Ambiente) y con el Instituto Chico Mendes.

Indicaron que en esas regiones de conservaci­ón integral no se permite ninguna forma de actividad económica, entre ellas, como es obvio, la explotació­n minera. Algunos pocos –los menos- afirman que “por fin una decisión positiva” para esa región. Es lo que señaló el presidente del Consejo Consultivo de la Asociación Brasileña de Empresas de Prospecció­n Minera. Para este técnico, “la legislació­n fue una medida inconsiste­nte” . En cambio, los analistas ambientale­s del Instituto Chico Mendes –el “padre espiritual” de Marina da Silva- consideran que esa resolución de Temer es “una amenaza. Especialme­nte porque esas actividade­s de gran impacto serán realizadas sin la debida fiscalizac­ión ni seguimient­o por parte de la población local. La vida que se extingue en el área de explotació­n minera también se extingue en el entorno”.

Para el gobierno de Temer, ahora se viene la parte “interesant­e”: iniciar las licitacion­es para elegir las empresas que estén interesada­s en explorar la región.

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REUTERS Amazonas. Pista clandestin­a usada por de traficante­s de oro.

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