Defiende la importancia del estudio religioso en escuelas
Ciencias, artes, letras, deportes, historia, política, entre otras disciplinas y desde ya religión, son parte de la cultura, producto exclusivo de la sociedad humana. El desarrollo del ser humano se hace sólo interactuando con otros seres humanos. La socialización se inicia en el seno de una familia funcional y se complementa luego en el seno institucional, donde y desde muy temprano la escuela puede llegar a ser protagónica. La religión, conjunto de prácticas y creencias sobre la base de la teología en sus tres versiones monoteístas: catolicismo, judaísmo e islamismo, cada una con sus variantes, debe ser materia en el ciclo primario de la enseñanza. Complementando la enseñanza religiosa debe enseñarse sobre desarrollo ético y moral como lo incorporamos en nuestro tratado: “Pediatría” de Voyer, Ruvisky y Cambiano. Esto también debe incorporarse en la formación de los docentes a cargo de eticistas, en base a los estudios de Piaget, Kohlberg, Milgram, Singer y otros, prédicas como las de Confucio, Buda, Jesús y filósofos como Sócrates con su mayéutica o con aportes como los de Carl Sagan en “Miles de millones” o de José Ingenieros en “Hacia una moral sin dogmas”. Etica, potencial de desarrollo innato al ser humano, de validez universal y atemporal y moral (mores o costumbres) de validez local y temporal. Desarrollo ético en sus etapas de anomia, heteronomía y autonomía, pasibles de cumplirse o no,independientemente de ser agnósticos, ateos o creyentes de tal o cual religión.