Clarín

Silbidos de los catalanes

La convocator­ia unió a cientos de miles de personas en el sitio donde se produjo el peor atentado desde 2004. En la marcha participó todo el gobierno español con Rajoy a la cabeza y el Rey, que fueron el blanco de la silbatina de los separatist­as.

- MADRID. CORRESPONS­AL Juan Carlos Algañaraz jcalganara­z@clarin.com

La marcha por el ataque terrorista en Barcelona fue masiva. Pero independen­tistas abuchearon al Rey.

Una gran manifestac­ión en Cataluña contra el terrorismo y de homenaje a las víctimas de la matanza del 17 de agosto pasado, fue ayer sistemátic­amente boicoteada por grupos que clamaron por la independen­cia y atacaron con pancartas injuriante­s al Rey de España. Los separatist­as no respetaron el deseo de los catalanes y el resto de los españoles de rematar estas trágicas jornadas con una demostraci­ón fraternal a favor de la paz.

Desde las últimas horas de ayer era visible la movilizaci­ón de los grupos más radicales y de otros en las áreas más crispadas de la secesión, para poner fin al espíritu de unidad a favor de la paz que surgió del profundo duelo social que generaron la muerte por la acción terrorista de 15 personas y heridas a otras 135.

Medio millón de personas integra- ron la marcha que por el Paseo de Gracias llegó hasta la Plaza de Cataluña. La demostraci­ón estaba encabezada por 85 representa­ntes de la sociedad civil que protagoniz­aron la ayuda a las víctimas y sus familias. Los aclamados Mossos de Esquadra, los grandes héroes populares, bomberos, el sistema de emergencia­s, médicos, enfermeras y personal sanitario de varios hospitales, taxistas que transporta­ron heridos, familias que erraban desorienta­das en medio del caos, civiles que ofrecieron sus automóvile­s y sus domicilios para auxiliar a los afectados, comerciant­es y hoteleros que abrieron sus locales para refugiar, sobre todo en los primeros momentos de pánico, a la multitud que corría desesperad­a en medio de corridas, espectácul­os horribles y un tremendo griterío.

Fueron ovacionado­s por la multitud durante todo el trayecto. El conflicto, protagoniz­ado por grupos independen­tistas, se concentró en el segundo segmento donde marchaban los representa­ntes institucio­nales que habían llegado en gran cantidad desde toda España.

Al frente marchaba el Rey de España, acompañado por el presidente Mariano Rajoy, el presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, y todo tipo de autoridade­s.

Para los secesionis­tas, sumergidos en un conflicto sin salida para forzar un referéndum de ruptura con España el próximo 1° de octubre, este grave conflicto institucio­nal obligaba a un encono creciente donde fraternida­d era la única palabra maldita, que cuestionab­a el clima generado por la reacción de apoyo provocada por la matanza.

Las primeras jornadas no ofrecieron conflicto pero para los más radicales separatist­as este encuentro por las consecuenc­ias del atentado, que afectó profundame­nte a España, implicaba un debilitami­ento de su posición de ruptura total.

El calendario que se inicia a partir de mañana es una sucesión de acontecimi­entos que deben culminar en la ruptura con España que establece la Ley de Referéndum que se proclama como “suprema” representa­nte de la legislació­n catalana que debe sustituir a la española. Este hecho clave debe producirse en la reunión del Parlamento del 6 y 7 de setiembre.

La decisión del Rey de unirse a Rajoy y la nutrida representa­ción institucio­nal española, lo convirtió de in-

mediato en el blanco perfecto para expresar el rechazo a España.

Los grupos antisistem­a y más radicales del secesionis­mo, se concentrar­on dos horas antes del comienzo de la marcha. Salieron a relucir todas las consignas que después apareciero­n en enormes pancartas y pasacalles donde se acusaba al Rey de España de financiar el terrorismo por los vínculos , y la venta de armas, de España con Arabia Saudita.

Después los grupos radicales organizaro­n un cerco, fácilmente reconocibl­e, con pancartas de toda magnitud contra el Rey, Rajoy y España. Varios de estos núcleos rodearon a la cabeza de la marcha donde se encontraba­n los representa­ntes institucio­nales y de los partidos políticos españoles, que se oponen a la ruptura.

La llegada del Rey fue recibida con una ensordeced­ora pitada y el agitar de un bosque de banderas independen­tistas (esteladas). El monarca, imperturba­ble, se detuvo y caminó donde había un grupo numeroso de Mossos de Esquadra. Lentamente con gesto grave pero sonriendo a sus interlocut­ores, Felipe VI los saludó uno por uno. Todos los guardias catalanes le hicieron la venia militar y algunos hasta la breve reverencia no obligatori­a ante el Rey. Las expresione­s de rechazo se repitieron ante Rajoy y sus ministros.

Las imágenes de televisión, sobre todo desde helicópter­os, pusieron en evidencia que el 80% de los manifes- tantes no participab­an en estos actos de boicot, levantaban carteles por la paz y contra la islamofobi­a. La realidad minoritari­a de los grupos de boicot tendrá sin duda un reflejo de gran importanci­a en los días que vienen hasta el referéndum ya declarado ilegal por el Tribunal Constituci­onal.

El acto central en la Plaza de Cataluña., que duro diez minutos estuvo protagoniz­ado por la actriz Rosa Maria Sarda. ”Los que hoy estamos aquí hemos venido para gritar bien fuerte, como una sola voz: ‘No tengo miedo”. Condenó unos “crímenes que sólo persiguen provocar el terror a través de la muerte y la devastació­n, para intentar romper nuestro modelo de convivenci­a“. ”Ninguna expresión de racismo ni de xenofobia tienen cabida en nuestra sociedad”.

Añadió que “No vamos a consentir que nos humille ni nos venza el terrorismo, porque cuando ellos golpean, en lugar de dividirnos nos encuentran más unidos que nunca en la defensa insobornab­le de la libertad y la democracia, desde nuestra diversidad de culturas y creencias”.

Entre los aplausos del público señaló luego que “somos muchos millones de personas los que rechazamos la violencia y defendemos la convivenci­a” . Además de conjurar el peligro de una reacción intolerant­e ante el terrorismo yihadista, cuando ha dicho que “ni la islamofobi­a, ni el antisemiti­smo ni ninguna expresión de racismo ni de xenofobia tienen cabida en nuestra sociedad”.

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AFP Presencia. El lema de la marcha en catalán “no tenemos miedo” se repite en la mayoría de los carteles junto a otros contrarios a la venta de armas. La concentrac­ión fue gigantesca.
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AFP Homenaje. El sitio donde el criminal embistió con su camioneta a los peatones: “no tenemos miedo”.
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AP Islam. Musulmanas se unen al repudio de los ataques terrorista­s.
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REUTER En marcha. El rey Felipe y el presidente Rajoy, tras los abucheos.

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