Clarín

La Corte juega en política en el caso Menem

- Ricardo Kirschbaum rkirschbau­m@clarin.com

La Camara Electoral no opina sobre si Menem está bien o mal condenado, sino sobre su idoneidad para ser candidato.

a Corte Suprema se metió, otra vez, en política y descalific­ó por “arbitrario” el fallo de la Cámara Electoral que había excluido en el prólogo de las PASO a Menem como candidato a senador por La Rioja. Y lo habilitó, de hecho. ¿Por qué? Porque no dejaría espacio real para la repetición de otro fallo en el mismo sentido que el primero. Repetirlo sería un desafío abierto a la Corte que lo votó por unanimidad. Argucias que no alcanzan a disimular lo efectivo: el Supremo se sacó el problema de encima y prefirió no pagar costo.

El problema central, de fondo, como tantos otros, sigue con la pelota yendo y viniendo. La Corte entendió que el ex presidente no podía ser excluido ya que el fallo de la Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal que en junio pasado había ratificado la pena de siete años y medio de cárcel y catorce de inhabilita­ción para ocupar cargos públicos, requiere una segunda confirmaci­ón.

Es lo que se llama el doble conforme. En sencillo, dos fallos en el mismo sentido. ¿Qué hizo? Le devuelve a Casación el caso y, se supone, que el tribunal se tomará su tiempo para estudiarlo, mucho más que el lapso que falta para las elecciones. El ex presidente venía de una absolución en primera instancia y luego, de una condena. También tiene una condena apelada por otro caso: el de los sobresueld­os, en la misma instancia. La Cámara Electoral obvió lo penal y se centró de la mate- ria que tiene que juzgar, idoneidad para el cargo. Es obvio: no puede opinar sobre si debe ir o no preso pero, en cambio, sí se puede postular o no estando condenado. Entiende que el “doble conforme” (dos fallos ratificand­o la condena) alcanza a lo penal, no a lo político.

El problema de fondo son los años de idas y vueltas con el caso de la venta de armas a Croacia y Ecuador, que empezó en 1995. Esto es, un año después de la todavía irresuelta y enmarañada causa AMIA. Más de veinte. Demasiado tiempo aún para una Justicia tortuga.

Esto último es lo que está bajo escrutinio social, con prescinden­cia de las argumentac­iones y argucias legales. El hecho concreto es que la Cámara Electoral al discernir sobre su idoneidad para ser candidato, con independen­cia de lo penal abre o puede abrir otro capítulo para la discusión. Por ejemplo, la situación de Cristina.

El fallo de la Corte fue duro con la Cámara Electoral. Con los buenos modos que requieren estas cosas, los camaristas -Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera- le devolviero­n atenciones en pocas líneas. En otra causa, reconoció la habilitaci­ón de Menem diciendo que la Corte Suprema ya lo había hecho.

Hay quienes ven en todo esto una vinculació­n entre Macri, Lorenzetti y Pichetto, jefe del bloque de senadores peronistas. Se apoyan en que Menem, de cualquier manera, está más cerca del PJ y del oficialism­o que de Cristina, cuando ésta se integre al Congreso.

Luego, aparece la versión más conspirati­va de lo que pasa ahora en la Corte. Algunos baqueanos que responden a Ricardo Lorenzetti, el jefe del Tribunal, quisieron mostrar la mano de Horacio Rosatti, su rival, en los trascendid­os más agresivos contra la Cámara Electoral.

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