Cristina busca sumar votos en la izquierda y en el “panperonismo”
Apunta a la izquierda dura y define una táctica sobre Randazzo y Massa ¿Ignorarlos o sostenerlos?
Es un indicio, pero es un dato aciago
para el planeta K: un sondeo que un intendente peronista mandó a hacer el fin de semana pasado registró un aumento de la polarización y que Esteban Bullrich crece el triple que Cristina Kirchner en el camino hacia octubre.
La medición, realizada a una semana de las PASO en un distrito del Conurbano, anticipa el derrumbe de Sergio Massa y de Florencio Randazzo. Los dos candidatos operan como espejos invertidos de lo que suben Cambiemos y Unidad Ciudadana.
Cristina analiza cual será el tono y pulso de su campaña rumbo a octubre. En el laboratorio político K cotejan, para definir ese formato, cuáles son los universos donde la ex presidenta puede ir a buscar los votos que necesita para ganar el 22-O.
Hay varias pistas, enfoques y más de un dilema sobre qué tipo de cam- paña sería más taquillera. Además de apostar a atraer a votos de izquierda y de centro izquierda, y de tensar la discusión entre los segundos Jorge Taiana y Gladys González, exploran qué hacer con Randazzo y Massa. Esto es lo que se discute: •
En la cuenta inicial, Cristina entiende que los bonaerenses que votaron a Fernando "Pino" Solanas (47 mil personas), al frente de Víctor De Gennaro (46 mil) y el Partido Humanista, que hasta este año integró el FpV, (25 mil) pueden optar por ella. Según el criterio K, esos votantes son esencialmente anti Macri y si octubre opera como una especie de "balotaje", jugarán con Cristina, aunque no les termine de gustar la ex presidenta. •
Pero el cristinismo mira un poco más allá y apuesta a agitar la experiencia de 2015, cuando parte de la izquierda militó el voto en blanco entre Macri y Scioli con la posición de "son iguales". Un operador K le dice a
Clarín que hay una oportunidad de atraer a votantes de troskismo criollo que, además del FIT, tuvo otra oferta: Izquierda al Frente, que llevaba como principal postulante a Manuela Castañeira y que rozó los 100 mil votos y quedó a varias décimas del 1,5% necesario para llegar a la elección general. •
En Unidad Ciudadana, como regla general, asumen que será difícil que existan acuerdos de superestructura. "Los pactos de dirigentes no siempre se miden en votos", explica un dirigente cristinista que avisa que no hay un plan de Cristina de buscar fotos con intendentes o dirigentes que no hayan jugado con ella. Pueden registrarse, como ocurrió días atrás en Hurlingham, que dirigentes territoriales se manifiesten a favor de la ex presidenta, pero en el Instituto Patria no ven, al menos por ahora, posible encuentros de Cristina con figuras visibles de otros espacios.La ecuación más compleja de todas, y que constituye un dilema en la mesa de operación K, es cómo pararse frente a Massa y Randazzo. Se da por hecho que buscarán perforar en los distritos el armado de Randazzo, como en el caso del Movimiento Evita, pero hay un elemento más duro que es incierto. En la campaña anterior, la orden era no confrontar con Massa ni con Randazzo, lo que contribuyó a la polarización. "Al ignorarlos, ayudamos a que se diluyan y eso le terminó
sirviendo a Cambiemos", aporta un peronista de zona sur, y repite la teoría de que la última semana, con María Eugenia Vidal hiperprotagónica, un puñado de puntos -3 o 4- migraron de Massa a Cambiemos.En el Instituto Patria miran los sondeos que advierten que, de mínima, el voto de Massa iría a Cambiemos en una relación de 7 a 3. La proporción sería menor respecto a los votantes de Randazzo. Por ese motivo, en Unidad Ciudadana analizan que les puede resultar más conveniente que Massa y Randazzo queden en pie, confrontar con ellos, torearlos y darles entidad de anti K, para de ese modo evitar que sus votos vayan hacia Bullrich. Cuando, a principios de la semana, Cristina hable sobre el escrutinio -con críticas hacia el Gobierno- empezará a perfilarse su plan de campaña.