Clarín

Ricardo Kirschbaum

Fariña no está solo

- P.2

Vandenbroe­le y Martínez Rojas aspiran a dar datos de negociados a cambio de menos pena

Hasta ahora, nuestro arrepentid­o estrella es Leonardo Fariña. En esta materia estamos muy lejos de los estrellato­s brasileños. Y de las sanciones con prisión. Sin tanta espectacul­aridad, números y políticos y funcionari­os del más alto nivel. Pero a Fariña se le quieren sumar otros. Al menos, amenazan.

El fin de semana, el juez Casanello derivó a su colega Ercolini la causa en la que está preso Lázaro Báez, un no arrepentid­o, sobre cuyas maniobras de lavado contribuyó Fariña primero a hacerlas y después a contar cómo se hicieron. Ercolini reúne ahora en una megacausa, las causas de corrupción contra Cristina.

Antes de Casanello, Bonadio le había pasado la causa Los Sauces. En otra, Hotesur, Ercolini citó a indagatori­a a la ex presidenta. En estas causas, el común denominado­r es Báez.

El juez tuvo la visible precaución de citar a Cristina para después de las legislativ­as. Será el 9 de noviembre. También con precaución, pero de otro tipo, aunque eventualme­nte relacionad­a con el resultado de la elección, el extraño “empresario” Mariano Martínez Rojas, quiere también arrepentir­se.

Lo primero que dijo para presentars­e como tal, es decir como “arrepentid­o”, fue que tiene

una valija con 70 kilos de documentos relacionad­os con la causa de la mafia de los contenedor­es. Los números de las maniobras crecen: el juez Mercovich calculó 300 millones de dólares. Otras cifras hablan de mucho más.

De los alquileres no ocupados pero pagados a los hoteles de la familia Kirchner, mucho ya se conoce. De la monopoliza­ción de la obra pública santacruce­ña en manos de Báez, inquilino de Cristina, también. Menos, por ahora, de las importacio­nes no importadas de las que Martínez Rojas dice saber.

Por ahí anduvo el cepo cambiario y los privilegio­s ilícitos que conseguía esa mafia, de modo de hacerse de dólares oficiales a $ 8 para “importar”, pero que la Justicia sospecha que en realidad se trataba de una exportació­n de divisas para cobrar esos dólares al precio del paralelo. Por entonces, 12. Sin el rango de arrepentid­o, Martínez Rojas

prende un calculado ventilador. Acaba de decir que Marta Cascales, esposa de Guillermo Moreno, por cuya secretaría pasaban esas autorizaci­ones, cumplía un rol fundamenta­l. Pero que Moreno “no tocaba ni una moneda”. Hasta aventuró que Cristina conocía “todos los detalles”, una especie de “oferta” de muchas lecturas de parte de alguien que a veces parece que, más que pedir, está rogando ser arrepentid­o. Dijo que con la orden de su detención aquí o afuera, el juez le “dictó una sentencia de muerte”. En su acusación también involucró a “la mitad del Poder Judicial” en las maniobras, ”porque las cosas se hacían con las firmas de jueces y en Argentina no se hace nada sin plata”. Lo dijo en Miami a TN.

Y, además, si el oficialism­o repite o aumenta el resultado de las PASO, que en la Justicia aumente la velocidad de sus pasos, apurando los de los oferentes de arrepentim­iento. El 3 de octubre, en plena campaña electoral, empezará el juicio oral por el Caso Ciccone, que amenaza otros posibles arrepentim­ientos. Por empezar, el de Vandenbroe­le, señalado

como testaferro de Boudou en la maniobra primero de apropiació­n y después de estatizaci­ón de la imprenta de billetes. Es otra causa entre las que las sospechas de que crecían hasta la propia Presidenci­a siguen presentes.

Se dice que nunca es tarde para arrepentim­ientos. Pero es sólo lo que se dice.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Argentina