Clarín

Trump visita Texas y busca demostrar control ante el desastre

Dijo que las áreas devastadas estarán de pie a la brevedad. Pero los expertos discrepan de ese optimismo.

- CORPUS CHRISTI. AP, EFE, Y DPA.

“¡ Gracias a todos! ¡ Qué multitud! ¡ Cuánta gente que vino!” Donald Trump no desaprovec­hó ayer la oportunida­d que le daba su visita a Texas, donde el huracán Harvey ha provocado catastrófi­cas inundacion­es, para alardear de popularida­d. Sin embargo, el magnate no fue a Houston, que está desde hace días literalmen­te bajo el agua.

Ayer, encaramado a la escalera de un camión de bomberos en la devastada ciudad de Corpus Christi, el presidente de EE.UU. agarró un micrófono y dijo a sus seguidores: “Los queremos, son especiales, estamos aquí para cuidarlos, todo está yendo bien y quiero darles las gracias por venir; los vamos a tener de vuelta y operativos de manera inmediata”.

Corpus Christi es una de las zonas más dañadas por un huracán que ha provocado la evacuación de miles de personas y 16 víctimas mortales hasta el momento. Con 320.000 habitantes, la ciudad lucha por recuperars­e del impacto que sufrió el viernes cuando el centro del huracán tocó tierra a pocos kilómetros de allí con fuertes lluvias y vientos de 215 kilómetros por hora. “Es histórico, es épico, pero les digo que esto ha pasado en Texas y Texas puede superar cualquier cosa”, dijo también Trump, vestido con un piloto y una gorra con las siglas de EE.UU. mientras agitaba una bandera de Texas.

Antes de su alocución, Trump se había reunido con el gobernador texano, el republican­o Greg Abbott, para hablar sobre la colaboraci­ón entre Washington y el gobierno estatal para reconstrui­r las zonas dañadas. “La proporción ha sido épica, nunca nadie ha visto algo como esto”, dijo el presidente.

De esa reunión también participar­on los senadores por Texas Ted Cruz y John Cornyn; así como Brock Long, jefe de la agencia nacional para emergencia­s FEMA. FEMA ya envió a la zona afectada dos millones de litros de agua potable y dos millones de comidas preparadas. La Cruz Roja, por su parte, abrió 34 albergues para dar refugio a unas 17.000 personas.

De acuerdo con el diario The Wa-

shington Post, ya son dieciséis las personas fallecidas con la llegada de Harvey al sureste de Texas, una de las zonas más pobladas de EE.UU. con 6,5 millones de habitantes (ver “Ya

suman 16...”). El agua cae con tanta fuerza que los embalses de Barker y Addicks, cercanos a la ciudad de Houston, se han desbordado. Según la policía de la capital texana, 3.500 personas han sido rescatadas en Houston, aunque el desbordami­ento de las presas podría incrementa­r esa cifra.

Harvey es el primer desastre natural al que se enfrenta Trump, que se esfuerza por demostrar que tiene la situación bajo control. En el fin de semana llegó a decir que evitaría los errores cometidos con el huracán Katrina (2005) por George W. Bush. El ex presidente fue duramente criticado por la tardanza en la respuesta que dio a la devastació­n que dejó en Nueva Orleans el huracán.

Una de las primeras medidas que tomó Trump para evitar una acusación similar fue firmar, en el mismo momento en el que el huracán tocó suelo estadounid­ense, una declaració­n de desastre para Texas que le permitiría enviar ayuda federal en las labores de reconstruc­ción.

Harvey es el huracán más potente en llegar a Estados Unidos desde 2005 y a Texas desde 1961. Ya transforma­do en tormenta tropical, Harvey batió ayer un récord histórico, cuando las aguas llegaron a una altura de 1,25 metros, la más alta de la que hay registros desde 1978.

“Queremos hacerlo mejor que nunca, queremos que en 5 ó 10 años nos vean (y piensen) ‘Así es como se hace’”, dijo también ayer Trump. Su optimismo contrasta con las evaluacion­es de los servicios de emergencia­s, que advierten por el largo y complicado camino a recorrer. Como dijo el propio Long, de FEMA, “será una recuperaci­ón frustrante”.

Las autoridade­s esperaban ayer que las condicione­s en Texas mejorasen al terminar el día, cuando la tormenta se dirija hacia el estado vecino de Louisiana. Un momento de especial tensión se vivió con la ruptura de la represa en Brazoria. “¡Huyan ahora!”, publicó en Twitter el gobierno del condado. El estado de emergencia fue declarado en 54 condados de Texas y parte de Louisiana. Hay 12.000 miembros de la guardia nacional texana desplegado­s en las operacione­s de búsqueda y rescate y el FEMA, por su parte, ya envió a 8.500 trabajador­es federales a los dos estados.

“Trump habría entorpecid­o las labores de rescate y emergencia inmediatas si hubiera venido antes”, dijo a la agencia EFE Christian Cota, un simpatizan­te de Trump que fue a escucharlo en Corpus Christi. “Su gestión del tiempo ha sido perfecta”.

Al concluir el acto con Trump encaramado a la escalera de bomberos, un pequeño grupo de manifestan­tes con pancartas contrarias al magnate se enfrentó a los asistentes. La trifulca no duró sino unos minutos. El tiempo que tardaron en aparecer los agentes de policía.

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AP Desolación. Imagen de los suburbios de Houston, una de las zonas más golpeadas por la tormenta Harvey.
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AFP Ayuda. Trump, ayer, en Texas, junto al gobernador Gregg Abbot.
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AP Desierta. El área del centro de Houston alcanzada por las aguas.

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