Otra denuncia contra Temer vuelve a poner en juego su mandato
El fiscal general del país acusaría al presidente por asociación ilegal y obstrucción de la Justicia.
La intranquilidad volvió a sacudir al gobierno brasileño. El presidente Michel Temer, que viajó este martes a China, está al borde de una nueva denuncia que podrá obligarlo, una vez más, a sufrir por una votación en la Cámara de Diputados que lo absuelva o lo condene a salir del cargo. El fiscal Rodrigo Janot debe presentar esta semana una acusación contra el jefe de Estado, que según todo indica será una actualización de la anterior (ocurrida en mayo último) pero con pruebas y elementos más contundentes.
Temer, antes de iniciar su gira, dejó grabado un mensaje en su página de Facebook en el que afirma: “Sabemos que hay gente que quiere que Brasil pare. Y ese deseo no tiene límites. Quieren colocar obstáculos a nuestro trabajo y sembrar el desorden en las instituciones. Pero tengo fuerza necesaria para resistir”. Y concluye: “El momento pide sobriedad, responsabilidad y paciencia. Ninguna fuerza me desviará de ese rumbo”.
Lo cierto es que la vitalidad del presidente para enfrentar un segundo ciclo de imputaciones es bastante menor que aquella que tuvo en mayo para aguantar la estocada lanzada desde la Procuración General. Por de pronto hay un grupo numeroso de diputados, ese que le garantizó la sobrevida, que le irá a exigir nuevos “esfuerzos monetarios” y una segunda ronda de distribución de cargos en empresas públicas. Ambos elementos, dinero y cargos públicos para los diputados “fieles” –que colocan en e-
llos a sus familiares, amigos y sociosson la clave de las negociones que debe llevar adelante Temer para asegurarse la silla del Palacio del Planalto.
A su vez, el procurador Janot ya dio un paso decisivo para emplazar sus baterías contra Temer. Envió a la Corte Suprema la delación de un hombre clave en la distribución de coimas en el partido del presidente, el Movimiento Democrático de Brasil (o PMDB). Se trata de Lucio Funaro, que movía el dinero de los sobornos hacia cuentas en el exterior. El conocimiento de dónde están esas cuentas y a quiénes pertenecen es un punto clave para demostrar las culpabilidades tanto a nivel presidencial como de los ministros, senadores y diputados. Los documentos entregados por Funaro están ya en manos del juez de la Corte Luiz Edson Fachin, sobre quien recae todo el caso Lava Jato relacionado con el mundo político. Según versiones, Janot tendría con la delación de Funaro más argumentos para consolidar su segunda acusación contra Temer, esta vez por los cargos de obstrucción de la justicia y asociación ilegal.
Entre tanto, el resurgimiento de la crisis política agita al poder económico. Ya dan por hecho que difícilmente el gobierno consiga hacer votar una enmienda parlamentaria considerada clave: la reforma jubilatoria. Ese proyecto, dicen, está atrasado y es cada vez menos creíble que pueda ser sancionado. Su valor, advierten, es estratégico para licuar un déficit fiscal que adquirió dimensiones portentosas. Ayer se supo que, en lo que va del año, tal desequilibrio en las cuentas públicas llega a 24.000 millones de dólares. Una fortuna. Pero para el Palacio del Planalto semejante desnivel en los gastos del Estado se debe más que nada a las cuestiones políticas. Y la causa, afirman, se llama “Rodrigo Janot”. Es que el fiscal, que debe dejar su cargo el 23 de septiembre, tiene “un encono manifiesto” contra Temer.