Centenario, tres partidos más, repechaje y si no, apagar la luz Escenario
Derrota doble: política y deportiva. La política es para los dirigentes, con Chiqui Tapia a la cabeza, que más de una vez dieron a entender de que el TAS favorecería el reclamo de la AFA. Era pan comido ese TAS. Parece que no. Esa derrota, clamorosa, de los dirigentes provoca la derrota deportiva: la Selección va a Uruguay en zona de repechaje y no como el último clasificado. No es un drama, pero no es lo mismo. Y entonces, si el clásico rioplatense ya desparramaba morbo en la orilla de acá y en la de allá, ahora le añade urgencias matemáticas. Se advierte, se palpa, se comprueba no bien se camina las calles y se para la oreja, temor por el partido en el Centenario. Juegue o no juegue Suárez. Que Cavani, que la garra charrúa, que la energía que transmite el estadio... como si Obdulio viviera. Pero re- sulta que desde Montevideo llegan datos de que a los hinchas de la Celeste les pasa lo mismo. Que resuelvan los orientales sus miedos, bastante tenemos nosotros con lo de acá. Y los de acá, con la mirada larga, son desproporcionados si es cierto que la Selección cuenta con futbolistas de alta calidad como no pocos hinchas, técnicos, dirigentes y periodistas creemos que conforman el plantel.
Perder en el Centenario será malo, pero no decisivo, como cree Sampaoli. No quedará margen, es cierto, pero, aún arañando y pidiendo permiso, la clasificación directa seguirá siendo posible. Y si no queda el repechaje. Aparecen como posibles rivales Nueva Zelanda o Islas Salomon. A partidos de ida y vuelta, con la revancha, seguramente, en Buenos Aires si es que la AFA puede garantizar la localía para el partido cumbre. Se repite, Nueva Zelanda o Islas Salomón. Nadie va a rasgarse las vestiduras si Argentina llega a Rusia por la puerta trasera, polizón mundialista. Que será un duro golpe a la autoestima de la tribuna es una certeza incontrastable. ¿Cómo, nosotros, Argentina?... si nosotros cantamos “decime qué se siente”, papá... También es posible que pierda algún cero la cotización de los jugadores que necesitaran del repechaje. Y si llega a pasar lo peor, cruz diablo, que Argen- tina no pueda superar a Nueva Zelanda o Salomón, entonces será justicia la ausencia en el Mundial de Rusia.
Nada nuevo. Ya pasó. Argentina quedó afuera de México ‘70 jugando de local en la Bombonera. ¡Oh, la Bombonera, la que late, la que mete miedo!...Cachito Ramírez y aquellos muchachos de Perú no se asustaron hace 48 años. Si no fuera por Passarella que pateó el tablero y se llevó por delante a otros peruanos y permitió que Gareca la empujara en el arco del río, Argentina no le empataba a otro Perú y no iba a México ‘86. Y la Argentina bicampeona de América necesitó del repechaje con Australia para tener visa en Estados Unidos ‘94. Para aquellos dos partidos, condena del 0-5 con Colombia, hubo que llamar a Maradona, casi retirado. Fue 1-1 allá (Balbo) y 1-0 acá (Batistuta). Ufff... lo que siguió está más fresco.
Se paga ahora un deuda por desastres organizativos, de conducción y, también debe decirse, de bajos rendimientos. Le trajeron la cuenta a Sampaoli quien va a jugar por primera vez por los porotos. Anuncia audacias y no “ganar como sea”, gracias a Dios. Enhorabuena. Asusta Montevideo, es verdad...pero quedan Venezuela y Perú en casa y Ecuador allá. Y si no, Nueva Zelanda o Salomón. Y si no, apaguemos la luz y vamonos.