Todos en Uruguay creen en otro milagro de Suárez, pero lo imaginan como suplente Se recupera más rápido de lo esperado de una lesión. El médico, por sus antecedentes, dijo: “Jamás lo descartaría”.
"A Suárez no lo descartaría jamás". La frase la dijo ayer Alberto Pan, médico de la selección de Uruguay, pero podrían repetirla los 3.456.189 habi- tantes de este país, al menos los que sienten pasión por el fútbol y la Celeste, que son muchos.
La recuperación de Luis Suárez de cara al partido de mañana ante Argentina es casi un tema de Estado aquí en la lluviosa Montevideo. Se sabe que Lucho sufrió una lesión en la rodilla derecha el 16 de agosto que en principio suponía una inactividad de cuatro semanas, que su recuperación fue sorprendente y que el Barcelona lo autorizó a completar la rehabilitación en su país. También que llegó ayer a las 8.50 al aeropuerto de Carrasco y que a las 15.15 arribó manejando una camioneta Hyundai negra al Complejo Celeste, ubicado a casi 40 kilómetros del centro de la capital. Después, que hizo un trabajo diferenciado primero y parte del entrenamiento bajo techo junto a los otros 23 jugadores más tarde, participando incluso de un táctico como titular. Y que habló con el Maestro Tabárez. Pero el misterio continúa.
El doctor Pan habló también de evaluar la tolerancia a las cargas y de la capacidad del delantero de realizar un trabajo completo como elementos para decidir si juega o no. Y aseguró que no existe presión del Barcelona. Muchos de los periodistas presentes se quedaron con la sensación de que Suárez estará presente en el Centenario, aunque los que analizan con un poco más de profundidad coinciden en un diagnóstico: así como Lucho tiene la convicción de que llega bien y quiere jugar, el Maestro es más partidario de que arranque en el banco.
Luis Suárez fue el máximo goleador de la Eliminatoria pasada, con 11 goles en 14 partidos, y comparte con Hernán Crespo el liderazgo histórico, ambos con 19. Pero en esta edición apenas convirtió tres tantos y no grita desde la fecha 10, cuando le hizo uno a Colombia.
En cambio, Edinson Cavani lleva 9 en 11 encuentros y es el líder de este mini campeonato que clasifica al Mundial de Rusia. Lucho, además, es el máximo goleador en la historia de la Celeste, con 41 gritos, Pero lo de Suárez va mucho más allá de su eficacia: es un símbolo, es una reafirmación de la mística celeste que los de afuera y los de adentro están necesitando contagiarse tras tres derrotas seguidas en la Eliminatoria y cinco sumando amistosos. Uruguay está frágil en lo anímico y pone en un nuevo milagro de Lucho casi toda su esperanza. Parece exagerado, teniendo también a un encendido Cavani, a Godín y a un equipo que en el camino a Rusia sólo perdió con Brasil en el Centenario.
La gente lo quiere jugando y sus compañeros también: "Él es un orgullo para todos y su fuerza contagia, eso es innegable. Estamos felices de tenerlo y ojalá que sea en la cancha, que es donde más lo queremos", declaró ayer Nicolás Lodeiro.
"Que Luis esté con nosotros ya es importante para el grupo, para la gente, para el rival, para el ambiente. Esperaremos a ver qué pasa cuando llegue y ver qué decide el maestro y el cuerpo médico. Igual, queda claro que en lo anímico incide mucho y en el rival me imagino que también", completó el capitán Diego Godín. Se repite a cada paso que el Mundial 2014 lo jugó 28 días después de una operación de meniscos y que en 2016, tras la ausencia de 640 días por suspensión volvió también con goles. Son sus milagros.
Por todo esto, de Luis Suárez no solamente se espera que juegue mañana ante Argentina, también quieren que grite fuerte.