La sorpresiva salida de Teo, aquel desafío que Gallardo superó
“Nadie es imprescindible”. Marcelo Gallardo dejó en claro que habría vida depués del paso de Lucas Alario por el club. El entrenador ya afrontó este desafío cuando Teófilo Gutiérrez se fue de River antes de jugar las instancias finales de la Copa Libertadores 2015, que el equipo de Núñez terminó ganando. El colombiano no volvió después de la Copa América y se fue envuelto en polémicas. El Muñeco había marcado entonces tres opciones de reemplazo. Las dos primeras, Silvio Romero y Mauro Boselli, no llegaron. Entonces arribó un tal...Lucas Alario. Esa apuesta, que César Luis Menotti recomendó al vice segundo Matías Patanian, hoy es la gran figura que se marcha. “No es fácil reemplazar goles, pero ya lo llegó y rindió”, afirmó el técnico. Incluso, intervino para que el delantero se quedara cuando la revisión médica había presentado una anomalía en la rodilla izquierda por una vieja lesión. Y no se equivocó. Lucas la rompió. Hizo muchos goles importantes, entre ellos a Tigres de México en la final de la Libertadores. Ahora, al
Muñeco se le presenta otra vez el desafío de reemplazar a un gran delantero y goleador. Y de calmar a quienes creen que la Libertadores está perdida. Tiene dos opciones. Apuesta por el joven colombiano Santos Borré o juega sólo con Ignacio Scocco y cinco volantes por detrás. Mientras, espera por la recuperación de Larrondo. Para Gallardo no hay imposibles. Tampoco, imprescindibles.