Clarín

Argentina no pudo con Uruguay y sigue complicada para llegar al Mundial

Fue 0 a 0 en el estadio Centenario. La Selección no tuvo juego ni variantes ante un rival ordenado. Apenas hubo algunos destellos de Messi y muy poco de Icardi y Dybala. En el final casi ni se atacaron. La derrota de Chile benefició a los dos. Argentina s

- MONTEVIDEO. ENVIADO ESPECIAL Adrián Maladesky amaladesky@clarin.com

Un pasito adelante. No hubo drama en el Centenario, tampoco goles. Pero la Selección Argentina terminó haciendo negocio, no tan redondo co- mo se ilusionaba, pero negocio al fin. Objetivame­nte, está más cerca de Rusia 2018 que antes de jugar.

También dio un pasito adelante como equipo, en el debut oficial de Jorge Sampaoli como su entrenador. Siempre de la mano de Messi, pero esta vez con una apuesta ofensiva mayor y una audacia que ante un rival menos enredado sin dudas ofrecerá más brillos.

Volviendo a los números, el punto le sirve ( también a Uruguay) y lo prueba la actitud de los dos pasados los treinta minutos del segundo tiempo. Con la pantalla partida alguien

podrá establecer el clic exacto entre el final de la inesperada derrota de Chile ante Paraguay (0-3) y el final de las "hostilidad­es" en el Centenario.

También se puede decir, y sería justo, que Argentina cerró la persiana después de intentar por distintas formas sacarle el cerrojo al arco uruguayo. Más claro: la Selección quiso ganar al menos tres cuartas partes del partido, después se resignó cómodament­e al saber que otros resultados acompañaba­n su irredimibl­e deseo de llegar al Mundial.

¿Por qué sirve el empate? Simple: el equipo de Sampaoli confía, con lógica, en que después de recibir a Venezuela (el martes) y a Perú (en octubre) tendrá esos valiosos seis puntos en su cuenta bancaria. Así acreditará 29, una cifra que le puede alcanzar sin necesidad de un esfuerzo demoledor en la última fecha ante Ecuador como visitante. Igual, conviene esperar y no guardar la calculador­a.

La jornada 15 de estas Eliminator­ias Sudamerica­nas le sonrieron a la Selección, es evidente. Colombia apenas empató con Venezuela, el último en las posiciones, y aunque el conjunto de Pekerman está en el segundo puesto sólo lo separan dos puntos de Argentina. El gran golpe lo dio Paraguay: goleó a Chile, sacudió la tabla y no quiere que lo dejen afuera de la pelea. En rigor no lo está. Y en el último partido, Perú le ganó a Bolivia 2-1 y se puso a dos puntos de la Selección, con un viaje pendiente a Buenos Ai- res en la anteúltima fecha.

Para entender mejor cómo sigue la historia hay que mirar la agenda del próximo martes: Chile (23 puntos) viaja a La Paz para enfrentar a Bolivia; Paraguay (21) y Uruguay (23) chocan en Asunción; Colombia (25) recibe al ya clasificad­o y cómodo líder Brasil; Argentina (23) recibe a Venezuela, por ahora el peor de todos. Es sensato imaginar que esa noche Messi y sus compañeros pueden festejar una nueva y más feliz ubicación en la tabla. Porque, también hay que re-

cordarlo, por ahora sigue quinto, en zona de repechaje. ¿Cuáles fueron esos pasitos hacia

adelante que dio el equipo? Primero, la actitud. Después de un temeroso ciclo al mando de Edgardo Bauza, Sampaoli llegó con una idea valiente y ofensiva, plasmada desde el inicio con una formación para atacar y hacerlo con muchos jugadores. Apenas tres defensores (Gabriel Mercado, Federico Fazio y Nicolás Otamendi), dos volantes de equilibrio (Lucas Biglia y Guido Pizarro) y el resto para jugar, al menos para intentarlo. Marcos

Acuña, Paulo Dybala, Angel Di María y (más arriba) Mauro Icardi.

Todos para que Lionel Messi tenga opciones de pase, variantes de juego y que no tenga que vestirse de súper héroe cada vez que se pone la camiseta argentina. Salió a medias. Un poco porque Uruguay no lo dejó, otro porque el arquero Muslera fue figura con un par de atajadas decisivas y otro por defectos propios.

No fue feliz el experiment­o del zurdo Acuña en la derecha, no explotó el cordobés Dybala como se espera que lo haga en algún momento con la Selección, tampoco justificó Icardi tanto ruido mediático y Di María repitió aquellos viejos vicios a la hora de finalizar una jugada. Nada de esto es definitivo.

En el haber de Sampaoli merece ponerse que salió a atacar a Uruguay en el Centenario, hasta esos marcados últimos quince minutos. Que su discurso se reflejó en las intencione­s del equipo. También, que al hombre de Casilda no le asustan las decisiones fuertes: llamó a Icardi, dejó afuera de la lista a Higuaín, mandó al banco a Mascherano con sus 136 partidos internacio­nales para poner en el medio campo a Pizarro y en el fondo a Fazio, dos jugadores que pocos le pedían y que tal vez muchos no recuerden en qué equipos militan.

Como en el inicio de todo ciclo, hay cosas por repasar y se espera que el técnico tenga la lucidez necesaria, sobre todo para no caer en caprichos.

Por ahora la nueva Selección de Sampaoli pasó con un aprobado el exigente examen que significab­a un Uruguay hambriento y en su jaula. Un pasito adelante en la identidad del equipo, en su convencimi­ento y en su autoestima, fundamenta­les todos estos aspectos en el fútbol. Un pasito adelante, queda dicho, en el complicado panorama que representa el camino rumbo al Mundial de Rusia.

Ahora Argentina depende de sí mismo. Y eso es mucho.

 ?? MARCELO CARROLL ?? Se hizo cargo. Lionel Messi, de nuevo, se puso el equipo al hombro en el Centenario, aunque le faltaron socios. Aquí a Leo lo rodean Matías Vecino y Nahitan Nández.
MARCELO CARROLL Se hizo cargo. Lionel Messi, de nuevo, se puso el equipo al hombro en el Centenario, aunque le faltaron socios. Aquí a Leo lo rodean Matías Vecino y Nahitan Nández.
 ?? MARCELO CARROLL ?? Rodeado. Messi entre tres uruguayos. Casi nunca pudo desnivelar.
MARCELO CARROLL Rodeado. Messi entre tres uruguayos. Casi nunca pudo desnivelar.

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