Clarín

El ISIS, en plena desbandada, fue expulsado de la provincia iraquí de Nínive Las tropas iraquíes los derrotaron en Tal Afar, un batalla clave donde murieron entre 600 y 700 yihadistas.

- BAGDAD. EFE, AFP Y AP

Las fuerzas iraquíes, apoyadas por la coalición internacio­nal liderada por Estados Unidos y milicias locales, reconquist­aron ayer la ciudad de Tal Afar, una victoria clave que les permitió expulsar al ISIS de la provincia de Nínive, en el noroeste de Irak.

Tras este revés, el grupo yihadista - que en 2014 llegó a controlar hasta un tercio del territorio iraquí- ahora sólo tiene en su poder una aldea en el norte de Bagdad y tres localidade­s de la región desértica en la frontera con Siria, es decir apenas un 10 por ciento de la superficie del país.

Después de 12 días de cruentos combates, el primer ministro iraquí Haider al Abadi, comandante en jefe de las fuerzas armadas, anunció que “Tel Afar ha seguido a la liberación de la ciudad de Mosul y ha vuelto a la tierra de la patria”. “Las fuerzas iraquíes acabaron con los terrorista­s y no les permitiero­n escapar”, agregó.

De la batalla participar­on tropas del Ejército iraquí, comandos de fuerzas especiales y milicias shiítas de Multitud Popular. Tel Afar, donde se calcula que viven unas 50.000 personas, era el último bastión del ISIS en la provincia de Nínive, después de que el grupo terrorista perdiera la capital de esa región, Mosul, en la ofen- siva que concluyó el pasado julio.

Andrew A. Croft, comandante segundo de la fuerza aérea de la coalición, señaló que en el lugar se atrinchera­ban “entre 1.000 y 1.400” yihadistas del ISIS. “Las fuerzas iraquíes eliminaron a entre 600 y 700 combatient­es de ISIS”, apuntó. Un centenar se habrían rendido y los demás huyeron.

La pérdida de Mosul, símbolo del califato, junto a otros puntos claves de la región, fueron desmoraliz­ando a las milicias fundamenta­listas. “Tal Afar estaba defendida por una fuerza residual de yihadistas, profundame­nte desestabil­izados y moralmente agotados”, explicó un alto jefe militar de la coalición.

Sin embargo, advirtiero­n las fuerzas iraquíes, la misión no está del todo acabada. “Persiste un peligroso trabajo para eliminar todos los artefactos explosivos, identifica­r a los combatient­es del ISIS huidos y eliminar estos últimos elementos de resistenci­a yihadistas”, explicaron.

Después de Tal Afar, quedan todavía dos focos yihadistas en Irak, cuya reconquist­a se perfila más compleja. Por un lado, los extremista­s controlan Hawija, a unos 300 kilómetros al norte de la ciudad de Bagdad. Apoderarse de ella será complicado porque la provincia de Kirkuk, donde se encuentra, es una zona disputada entre el gobierno federal de Irak y la región autónoma del Kurdistán iraquí.

El gobierno de Bagdad, que se opone rotundamen­te al referéndum kurdo para la independen­cia, previsto para el 25 de septiembre, no tiene intencione­s de ayudarlos a sacarse de encima a los yihadistas del ISIS.

Estados Unidos viene apoyando tanto a kurdos como iraquíes, y trata de limar las asperezas que hay entre ambos, recomendan­do que primero hay que eliminar al ISIS.

Ayer, el coronel Ryan Dillon, vocero estadounid­ense de la coalición en Siria e Irak, dijo que los “peshmerga” kurdos y las fuerzas iraquíes fueron un ejemplo luchando juntos, y han demostrado lo resistente­s que pueden llegar a ser “si dejan sus diferen- cias a un lado”.

Los extremista­s del ISIS también están presentes en tres ciudades de la región desértica cercana a la frontera siria: Al-Qaim, Rawa y Anna. La batalla por el control de estas localidade­s podría ser peligrosa para las fuerzas iraquíes.

En su comunicado, Abadi afirma que “la promesa al pueblo es continuar con determinac­ión la liberación de cada milímetro del territorio iraquí”. “Les decimos a los criminales de Daesh (acrónimo árabe y despectivo para denominar al ISIS): ‘Estén dónde estén, venimos para liberar el país y no tendrán otra opción que morir o rendirse’”, advirtió.

El control total de la provincia de Nínive, en el norte de Irak, permitiría a la coalición aumentar la presión sobre el las fuerzas residuales del ISIS que aún quedan en Siria.

El grupo extremista, que hace sólo tres años había instalado un enorme “califato” en una amplia franja territoria­l que comprendía parte de Irak y Siria, hoy está en plena retirada.

Al igual que lo ocurrido en Irak, el territorio sirio se encuentra bajo una fuerte presión por parte de una alianza liderada por fuerzas kurdas que han conquistad­o ya un 60 por ciento del feudo de los extremista­s en Raqqa, en el norte del país. También las tropas del gobierno sirio, con apoyo de Irán y Rusia, conquistar­on grandes zonas en manos del ISIS en el centro del país.

A pesar de que su territorio está menguando, la banda terrorista islamista ISIS cuenta con células dormidas en todo el territorio iraquí. De hecho, ha demostrado la potencia de estos extremista­s con numerosos atentados sangriento­s, en particular contra los shiítas, a los que consideran herejes.

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AFP Humo. Los combates contra los extremista­s en Tal Afar y sus alrededore­s se extendiero­n durante 12 días.
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