Clarín

Micros en crisis: sacaron 700 frecuencia­s en 2 años y ya hay trastornos para viajar a ciudades chicas

Las frecuencia­s diarias cayeron de 3.367 a 2.644 a nivel nacional. Ya hay algunos pueblos que quedaron sin servicio.

- Martín Grosz mgrosz@clarin.com

Loscer entre viajes 38 en destinosav­ión no del paranpaís, quede cre-son mayormente­y polos turísticos. capitales Pero provincial­eshay otras

1.600 parajes ciudades,que tienen pequeñosal micro como pueblos úni- y

ca opción de transporte público para conectarse con las metrópolis. Y llegar a estos sitios se volvió más complicado porque las empresas de ómnibus -en medio de una crisis histórica- comenzaron a eliminar servicios a un ritmo inédito y la oferta de horarios quedó muy acotada. Según registros de la Comisión Nacional de Regulación del Transporte (CNRT), si en 2014 salían 3.367 micros de larga distancia por día, el año pasado la media cayó a 2.644, unas 723 partidas diarias menos. Así, en los

últimos dos años, se suprimiero­n frecuencia­s a un ritmo de una por día.

Si la comparació­n se hace entre 2011 y 2016, el tránsito de ómnibus se redujo un 27%. Cada día hay casi 1.000 servicios menos que hace cinco años. Y en lo que va de 2017 -tras una quita total de subsidios- la cantidad de traslados se achicó otro 14%, según estiman en el sector.

Un relevamien­to entre transporti­stas al que accedió Clarín muestra que en los primeros 7 meses de este año la quita de servicios se aceleró en importante­s corredores. Como los que van de Capital Federal a Bariloche y San Martín de los Andes (-37% interanual), a Corrientes y Resisten

cia (-36%) y a Curuzú Cuatiá (-20%). También el que toma la ruta 7 hacia Villa Mercedes (-23%) y a San Rafael (21%), el de la 9 rumbo a Rosario (12%) y Tucumán (-16%), el de la ruta 5 a Santa Rosa (-14%) y el de la 205 hacia Guaminí (-13%). De 2013 a 2017, según otro trabajo sectorial, el recorte de servicios fue del 75% en la ruta de Capital a Trelew, del 67% a Posadas y a Neuquén y del 50% a Mendoza. El ómnibus sigue siendo el transporte de larga distancia más usado del país, con más de 100.000 pasajeros diarios. Pero en los últimos años perdió terreno frente al avión y las firmas del sector argumentan que sostener tantos viajes se tornó "económicam­ente inviable" (ver aparte). “Al ser un servicio público, las normas nos ordenan cubrir todas las frecuencia­s otorgadas. Pero muchas empresas no tuvieron más opción que levantar o suspender servicios, aún a riesgo de que las multen. El efecto es que las localidade­s más dependient­es del micro tienen cada vez tienen menos opciones para viajar”, admitió Néstor Carral, presidente de la Cámara Argentina de Transporte de Pasajeros.

“La reducción de frecuencia­s es fuerte y se ha acelerado significat­ivamente en los últimos meses", coincidió Gustavo Gaona, vocero de la Cámara Empresaria de Larga Distancia, otra entidad del sector. "En pocos casos el servicio se cortó del todo, pero si a un pueblo se iba 3 veces al día, ahora quizás son sólo 2 o 1. Y si antes se llegaba cada día, hoy quizás es día por medio”, graficó.

Cambios semejantes generan trastornos en especial a los habitantes y visitantes de las ciudades más chicas, porque los obligan a viajar en días y horarios incómodos. O a moverse en remises o autos hasta ciudades cercanas que sí tengan servicio en el día y horario necesarios, con mayores demoras y gastos.

La ciudad de Henderson, por ejemplo, en el noreste bonaerense, perdió

la conexión con La Plata, se quedó sin servicios diurnos a Retiro y ahora sólo tiene micros a Capital de noche (5 veces por semana). En Guaminí (Buenos Aires) y en Joaquín V. Gonzalez (Salta) quedó sólo 1 servicio diario a Capital. En General Conesa (Río Negro) se pasó de 3 por día a 1 día por

medio. En Macachín (La Pampa) había 8 y quedaron 2, pudo saber Clarín. Ya aparecen casos de poblacione­s

"aisladas". Aguas Blancas (Salta) se quedó sin conexión directa con otras provincias. Centenario (Neuquén) perdió su único ómnibus a Buenos Aires. Y en Villa Maza (Buenos Aires) el único servicio que entraba dejó de pasar este año y el intendente local, David Hirtz, denunció a la empresa ante la CNRT por dejar a la gente "incomunica­da". "Estas medidas perjudican a los pequeños pueblos que luchan por crecer y evitar la migración de sus habitantes", lamentó el alcalde, que también objetó la reducción de frecuencia­s a Cahué y Rivera, aún sin haber logrado revertirla­s.

La tendencia avanza y es una incógnita qué pasará con los ómnibus y sus usuarios cuando las nuevas líneas aéreas "low cost", ya por llegar, les hagan perder aún más pasajeros. El gran temor en los pueblos es que se reediten los efectos del cierre de ramales ferroviari­os de los 90. Colaboró: Gabriel Bermúdez (Agencia Bahía Blanca).

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