Los teatros suman pantallas con luces LED y le cambian la cara a la avenida Corrientes
Son para reemplazar a las tradicionales marquesinas estáticas. Permiten emitir imágenes dinámicas y hasta dar información sobre venta de localidades. Al mismo tiempo, cada vez más salas suman un sponsor al nombre como ayuda económica.
Silvia Gómez sgomez@clarin.com El dinamismo es la característica saliente de la avenida Corrientes. Fue bautizada originalmente como "Del Sol", cambió a "San Nicolás", luego a "José Santos de Inchaurregui"; su nombre definitivo llegó en 1822. Nació como un sendero de tierra que serpenteaba desde el Río de la Plata hacia el Oeste; fue calle angosta y en 1936 se transformó en avenida, por la que se transitaba en ambos sentidos. Por ella circularon trenes y tranvías, y desde 1931 por debajo lo hace la Línea B del Subte. El tango, los teatros y las grandes salas de cine de otras épocas la colocaron en el foco de la actividad artística. La avenida explica, en buena parte, que Buenos Aires se encuentre entre las principales capitales del mundo a nivel teatral, sólo con New York (Estados Unidos) y Londres (Inglaterra) por encima.
Aún quedan cambios por venir sobre Corrientes, que se prepara para transformarse en un paseo peatonal
nocturno, entre Florida y Callao. El Gobierno porteño ensanchará las ve-
redas y construirá carriles exclusivos para el transporte público. Y la fachada se sigue renovando: este año, cuatro teatros sumaron pantallas LED en lugar de las marquesinas estáticas tradicionales.
Además, los principales teatros cerraron convenios con empresas que le agregan su marca a los nombres. Una alianza perfecta: para las empresas, es una posibilidad de asociarse a edificios con nombre propio, historia y, claro, vinculados a la cultura, a las mejores obras de teatro y a shows artísticos nacionales e internaciona-
les. Y para los productores y empresarios, les permite también financiar obras, pagar sueldos y mantener es
tructuras que en muchos casos requieren una intervención cuidada; por ejemplo el Ópera Orbis Seguros tiene protección estructural y es un monumento porteño.
"El valor del teatro supone una gran responsabilidad y compromiso. Las alianzas nos permiten invertir en refacciones tanto en la fachada como en el interior y mantener y respetar su esencia Art Decó. Además incorporar tecnología", le explicó a Clarín Fernando Bolan, director comercial de la productora T4F Argentina, propietaria del Ópera. "Comenzamos una estrategia para ser reconocidos por el público masivo, y no dudamos en asociarnos con el que consideramos el teatro de mayor reputación", sintetizó Ary Gerson, CEO de Orbis. En rigor, la empresa tiene una historia de 50 años y más de 350.000 clientes, pero es cierto que no es conocida popularmente como otras. A menos de una cuadra, El Nacio
nal y Sancor Seguros optaron por la misma estrategia. La mítica sala fue modernizada y restaurada con una obra récord, en 60 días. También inauguraron una enorme marquesi
na LED. En mayo, el Metropolitan se vinculó con la empresa aseguradora Sura. Además del cambio de nombre y la renovación de la marquesina, los clientes de la aseguradora acceden a descuentos en las entradas y, en una sala VIP, son agasajados con una degustación previa al espectáculo.
"Las alianzas con empresas son el apellido de casado de los teatros y casarse no está mal. Ayuda económicamente y es una manera de paliar la merma de espectadores. Es una variante más. Y a las empresas grandes les sirve vincular su imagen con la
Ponerle “apellido” a los teatros sirve para financiar mejoras y pagar los sueldos.
cultura. Nosotros en 2018 vamos también por el apellido de casados, con un banco", afirmó el productor teatral Carlos Rottemberg, propietario de la sala Multiteatro. Y da cuenta a
Clarín de cómo viven las salas la actual coyuntura: "2016 tuvo una caída enorme, pero en el trimestre de mayo, junio y julio de este año se logró detener esa caída con un incremento de espectadores. Tuvo mucho que ver con las figuras fuertes que forman parte de la cartelera a lo largo de la calle Corrientes. Más allá de los avatares políticos, económicos y sociales,
las carteleras atraen al público, por fuera de la coyuntura", detalló Rottemberg.
En cuanto a las marquesinas con luces LED, la primera se inauguró en mayo en el Metropolitan Sura; ahora hay otras tres, en El Nacional, el Paseo La Plaza y en el Broadway. El Lola Membrives tiene un cartel LED desde 2015, pero no es estrictamente una marquesina, sino que está montado encima de ésta. La ventaja de las marquesinas es que son dinámicas: permiten hacer cambios en cualquier momento, porque se controlan desde una compu, se pueden agregar frases de las críticas, avisar si las localidades están agotadas o promocionar obras que se llevan a cabo en diferentes horarios. Respecto de la tendencia del "naming", como se llama también a la modalidad, los empresarios piensan que gracias a las campañas publicitarias y a la visualización de las marquesinas, el público finalmente adopta el nombre y el apellido de los teatros.