Cómo transformar la mirada urbana, primera conferencia del encuentro
Cae la tarde en Buenos Aires, se acomodan las sillas blancas en una sala del Museo Nacional de Bellas Artes y un grupo de artistas de aquí y del mundo se preparan para la primera conferencia de BIENALSUR.
Aníbal Jozami, director del encuentro y rector de la UNTREF, presenta: “Este proyecto es un experimento que se proponía romper con lo que se conocía hasta ahora en la tradición de las bienales”. Habla de la envergadura del proyecto, que contará con más de 100 exposiciones en 16 países. “Pretendemos lograr lo que no lograron la política y la diplomacia aquí: un verdadero canal de diálogo y comunión”, dice para resaltar las diferentes temáticas que traen creadores de todo el mundo. Diana Wechsler, directora artística de la Bienal, se sumerge en una de las posibilidades de reflexión que ya atraviesan la ciudad de Buenos Aires: “Las obras que están emergiendo en el espacio público son formas de pensar la ciudad y cómo la vivimos”.
Toma el micrófono Joël Andrianomearisoa. El arquitecto nacido en Madagascar explica que su instalación Le la tour du mon
de (“El la vuelta al mundo”) incluye banners negros con letras blancas sobre la avenida Libertador que describen ideas y diálogos que tuvo en la calle, en Buenos Aires. Preguntas, ideas, frases inquietantes que surgieron en diálogo con los porteños e invitan al análisis.
El portugués Pedro Cabrita Reis, pintor, escultor y fotógrafo, señala: “Mi contribución a este sueño de BIENALSUR está en la Facultad de Derecho. Allí se instaló un enorme barrote que impide el acceso desde las escalinatas. La obra tiene que ver con que las leyes deberían representar la formulación perfecta de la sociedad y la justicia y, sin embargo, eso no ocurre”, propone. Entonces, para ingresar a ese monumental edificio, se vuelve necesario tomar un camino alternativo, del mismo modo que las leyes no acompañan el desarrollo de las sociedades.
Bernardi Roig, de España, intervino el espacio público a través de un letrero luminoso en la contrafachada del Centro Cultural Recoleta que reza “Cuidado con la cabeza”. Cuenta que el mensaje es claramente absurdo, que no tiene un sentido concreto, pero “que llama a pensar en la relación entre el arte y el espacio público, y cómo los sentidos se modifican según en qué lugar los mensajes estén expuestos”. Qué nos dicen y qué espacio se usa para decirnos.
En el diálogo también participan el francés Bertrand Ivanoff -de larga trayectoria en la intervención de espacios urbanos-, la brasileña Regina Silveira -artista “multimedia” que pasó del grabado y la fotografía a los medios digitales-, los artistas argentinos Miguel Harte y Marie Orensanz -formada en los talleres de Emilio Pettoruti y Antonio Seguí y que años atrás realizó una icónica instalación en el Parque de la Memoria-, y la neoyorquina Katie Urban, que instaló un ojo virtual en el Museo de Arquitectura.
En el marco de esas reflexiones, Matilde Sánchez, editora general de Revista Ñ, destacó la propuesta de intervenir el espacio público porteño con miradas diversas, que incluyen a artistas locales y extranjeros. En ese contexto, marcó las diferencias que implican trabajar para el mercado o instituciones como los museos, ante lo que representa llevar obra a las calles de una ciudad. Para el artista significa “exponerse”, en todos los sentidos posibles del término.
Luego de la inauguración, el nutrido grupo de creadores, junto con el público, recorrió las primeras intervenciones que ya se pueden ver en Recoleta.
La bienal, con su amplio programa, en marcha.