Exhibiciones y asombro
El skater más famoso del mundo ofreció una exhibición, saludó a los patinadores del barrio y se sacó fotos con todos.
A los 49 años, todavía sigue sorprendiendo con sus vuelos, su agilidad y su destreza. El “hombre pájaro” californiano ofreció una exhibición de veinte minutos ante 200 vecinos en la Villa 31 de Retiro y para hoy se espera una multitud en Figueroa Alcorta y Dorrego. Con su tabla y su magia intacta, se sacó fotos con todos.
Falta más de una hora para que llegue el mejor skater del mundo y, junto a la cancha de fútbol 9 de la Villa 31, se empieza a juntar gente. El primero en aparecer con una tabla a cuestas es Tomas, de 11 años. "Empecé a andar en skate por Tony Hawk -dice-. Hoy me despertó mi abuelo para avisarme que iba a hacer una exhibición acá y no lo podía creer. Nunca pensé que iba a venir al barrio".
De a poco, se juntan dos tipos de público. Uno de curiosos que no tienen idea de quién es Hawk. Como Paula, de 23 años, que espera junto con su hija Bianca, de dos. “No lo conozco -confiesa-, pero está bueno que hagan estas cosas en el barrio". El otro público es minoritario, pero
conocedor. Sus buzos holgados y zapatillas anchas los identifican como skaters. Su territorio son algunas calles asfaltadas y la canchita Güemes de su barrio. Los organizadores los llaman "los locals". Ellos son los más expectantes: en minutos, podrán ver de cerca al "hombre pájaro", el skater más versátil, el primero en hacer un 900, el truco más difícil, que consiste en dar 2,5 vueltas en el aire.
"Tony es la leyenda del skate", subraya Agustín Flores. Tiene 19 años y desde los 13 que patina. Trabaja en un kiosco, dentro de la villa, pero el año que viene va a empezar a estudiar Ingeniería Automotriz. "Acá el skate no
es muy popular, porque nos inculcan que practiquemos fútbol o hockey", cuenta, antes de ensayar unos buenos flips en un improvisado torneo. También hacen su show los pro. Como Mecu Videla, una skater estrella de la Argentina, que no para de deslizarse por la rampa, armada en el medio de la canchita de básquet. Otros que aparecen son los rape
ros del barrio, que hacen su propia demostración de cómo crear en el momento rimas con ritmo y un vocabulario que pocos adolescentes dominan. La gente aplaude a rabiar su "poesía brava". Matías (19) o Pocher, su nombre artístico, explica que se aprende a improvisar "con años de rapear". "Sí, hacerlo coherentemente lleva mucha práctica", coincide Jorge (21) o Jhore. También conocen bien a Hawk. "Donde hay skaters, siempre hay rap", afirman.
Y es a uno de los raperos a quién invitan a presentar a la megaestrella. Enfundado en una camiseta de Ginobili, Elías o Segovax -su apodo- proclama: "Llega el Jesucristo del skate, una leyenda viva, llega... ¡¡¡ Tony Hawk!!!". Pero el skater no aparece. "Como Tony todavía no está llegan- do, me han hecho pasar un papelón", recrimina con humor. Y ahí sí, a las 14.40 hace su entrada el californiano con su tabla, que por debajo tiene escrito "Riley's Dad", en honor a su hijo más grande. Lo acompañan otros compatriotas, como Big E, que a sus 13 años promete ser la próxima estrella del skate mundial.
Tony les da la mano a los "locals" y les pregunta dónde patinan. Después sí, empieza a volar. Y deja a todos fascinados cuando se sube a la baranda de protección de rampa, se lanza, cae y se desliza a toda velocidad para salir disparado por el otro borde y aterrizar en el piso de la cancha. Tiene 49 años y la magia intacta. La exhibición dura 20 minutos. Después se saca fotos con todos los que se lo piden, entre ellos, Elías y Agustín. "Es un capo", dicen. Y acepta que los curiosos se hagan selfies junto a él. Este sábado, Tony se presentará ante una multitud. Pero hoy invitó a volar a unos 200 privilegiados que, ahora sí, entienden por qué es "el Messi del skate".