Otro duro golpe al ISIS: cayó la ciudad vieja de Raqqa, su bastión en Siria
Era la segunda capital yihadista del Califato. Ya había caído Mosul, en Irak, su metrópolis principal.
Las milicias kurdas y árabes, con apoyo aéreo y logístico de Estados Unidos, dieron ayer otro fatal golpe a las fuerzas del ISIS al expulsarlas del casco antiguo de la ciudad de Raqqa, principal bastión yihadista en Siria, y de esta manera ya sólo quedan grupos aislados en los suburbios.
La victoria es crucial dentro de la guerra que se lleva a cabo contra la agrupación extremista, ya que Raqqa era la “capital” en Siria del autoproclamado Califato. La otra era Mosul, en territorio iraquí, que fue recuperada por las tropas iraquíes.
La conquista del casco antiguo de Raqqa, que se logró tras meses de intensos combates, fue obra de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS), una alianza armada liderada por kurdos e integrada también por sectores ára- bes. EE.UU. les provee de armamento y pertrechos militares, y les brinda apoyo aéreo. En el terreno también actúan comandos estadounidenses.
Los kurdos ya tomaron el 65 % del territorio de esta ciudad del noreste sirio, catorce barrios en total, según un comunicado firmado por el vocero del FDS, Yihan al Sheij Ahmed.
“Hemos tomado el control de la totalidad de la ciudad vieja tras combates contra Daesh -nombre en árabe del ISIS-. “Estamos a las puertas del perímetro de seguridad del ISIS, donde se encuentran los principales centros de mando”, contó otro jefe mili- tar de las fuerzas curdas, Talal Sello.
Las milicias del FDS pudieron avanzar en la ciudad gracias a que los aviones de la coalición internacional abrieron dos brechas en la muralla de Rafiqah, una construcción del siglo VIII que rodea la zona y que le servía de protección a los extremistas.
Junto a la ciudad vieja de Raqqa se encuentra el barrio administrativo, que albergaba antiguamente la sede del gobernador. Los yihadistas se atrincheraron en ese barrio y siguen controlando un sector de la ciudad donde, según la ONU, continúan atrapados unos 25.000 civiles.
El Observatorio Sirio de los Derechos Humanos (OSDH) asegura que queda aproximadamente un millar de yihadistas en la ciudad. La violencia de los combates suscita temor respecto a la suerte de los civiles que permanecen en la ciudad. Amnistía Internacional cree que los habitantes están en un “laberinto mortal”.
El director general de Antigüedades y Museos de Siria, Maamun Abdelkarim, expresó su “alivio” tras la “liberación de la ciudad vieja”, minimizando la magnitud de los daños. “Raqqa era una de las capitales del imperio abásida (750-1258), y por lo tanto tiene mucha importancia para nosotros. Las murallas son los símbolos de esa ciudad”, señaló.
El ISIS tomó en 2014 esa ciudad situada a orillas del Éufrates y la convirtió en su capital de facto. Raqqa se hizo famosa desde entonces por ser escenario de todo tipo de atrocidades cometidas por el grupo: decapitaciones públicas, encarcelamientos arbitrarios, torturas. La localidad se considera, además, uno de los lugares donde la organización planea sus atentados en el extranjero.
El triunfo de ayer supone un nuevo revés para el ISIS, que intenta resistir en el este del país a las fuerzas gubernamentales que avanzan hacia la provincia de Deir ez-Zor, uno de los feudos yihadistas en Siria. El jueves, en el vecino Irak, habían perdido Tal Afar, uno de sus últimos bastiones.